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Biescas

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

 

Casi me da vergüenza decirlo, pero la verdad es que el 14 de este mes de agosto, tuve el honor de hacer el Pregón de las Fiestas de Biescas 2015, desde el balcón del Ayuntamiento. La plaza estaba prácticamente llena y la emoción que llevaba en el cuerpo no tiene palabras suficientes para describir el momento. Os puedo asegurar que fue uno de los días más felices de mi vida. Cuando acabé tuve que alejarme por unos segundos del balcón, y ya solo casi rompo la emoción. Me gustaría compartir ese momento con todos vosotros ofreciéndoos el texto.
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Veo, observo vuestros rostros y en los ojos con que me miráis, adivino la ilusión y el deseo del comienzo de las Fiestas. Seré breve, que ya lo dijo Baltasar Gracián en su “Arte de la prudencia”, que “lo bue si bre dos veces bue”. Hoy hablará mi corazón; es que por el mosaico de mi cabeza alocada se cruzan muchos cables por el momento tan intenso que vivo y no sé qué puede salir de aquí. Sea, que se me apodera uno de los momentos más indescriptibles de mi vida.
Hace 38 años, en este mismo balcón del Ayuntamiento de Biescas, me
sentía el hombre más feliz del mundo. Había entonces personas muy
queridas que ya no están entre nosotros, y a las que envío mi más
entrañable recuerdo, el beso a cada una de sus estrellas allá donde se
encuentren. (Pausa) Ellas abrieron huellas imborrables cargadas de respeto yadmiración, que me siento moral y voluntariamente obligado a
seguir, porque me sale del alma. Hoy, 38 años después, más calvo, con más kilos y metido de lleno en la edad media avanzada, aunque no lo llevo mal del todo, sigo siendo la persona más feliz del
mundo. No os podéis imaginar amigos, lo que supone para este pelaire
(señor alcalde, concejales, ¿me puedo llamar pelaire?).... Pues a lo que íbamos, que la ilusión que tengo de hablaros de nuevo desde este balcón de mis entrañas y de esta manera dar paso a las fiestas más hermosas, es como la de un niño que empieza a descubrir momentos deslumbrantes en cada paso que da, en cada abrir y cerrar de ojos. Es tiempo de recuerdo, pero también de alegría, y (¿por qué no?), de futuro (¿verdad que sí
presidentas y damas de honor? Para mi ser el pregonero en la tierra que me vio crecer es el honor más grande del que podía disfrutar, es el hacerme abrir una sonrisa permanente que os dedico, como no podría ser de otra manera. Gracias a quienes me estáis escuchando, gracias a la
Corporación Municipal que ha pensado en mí depositando sus muestras de confianza y de cariño. En este momento, con la felicidad que me
embarga, se me pone un nudo en la garganta y hasta me emociono nada
más pensar de la necesidad que tengo de estar al nivel que os
merecéis. No lo sé, tengo mis dudas. Disculpadme. Hoy está ante
vosotros, un pregonero muy veterano, y que por ello ve con optimismo
bien fundado el futuro de esas generaciones que representan, insisto, nuestras presidentas y damas de honor. En vosotras asoma el futuro
que nos espera, seguro que espléndido, tal y como se revela de la
observancia de vuestras expresiones.
No sé que me ocurre en estos momentos. A veces creo que soy un hombre primitivo de sentimientos nunca disimulados, y se me apoderan las ganas de soltar fuertes gritos de admiración hacia esta tierra de gentes notables y todas nobles que saben como nadie del valor de los gestos amables, del sentido de la hospitalidad. Quiero ofreceros mi humilde y particular aplauso.
Esta es mi tierra, de la que disfruto desde que llegue allá en tiempos
en los que el autobús de la Tensina paraba en Casa Chances, tierra en
la que se olía a naturaleza en sus calles, y en la que me eduqué y me
educaron mis padres, y me hicieron madurar todos los miembros de una
familia grande y llena de amor, y que me dieron el más inmenso cariño que puede recibir una persona, al principio un personajillo chiquitín,
ahora, veterano que no está mal conservado. Observad que no cito
nombres, aunque me duele interiormente, porque todas las familias de
Biescas, sin excepción, son enormes y no sería justo dejarse a alguien
en el tintero. Mi pueblo me ha dado tanto, los pelaires me han dado
tanto, que nunca estaré lo suficientemente agradecido.
¡Cuanta paciencia se tuvo aquí conmigo y con los que hoy son grandes
amigos! Era cuando participábamos en travesuras inventando nuestros
sputniks (cohetes que hacíamos aprovechando los tubos de hilo de casa
y rellenando su interior con una mezcla de clorato potásico y azúcar,
todo machacado. Al artefacto le poníamos una mecha a la que
prendíamos fuego y así hasta alcanzar en su explosión una altura de
dos metros máximo. Muchos años después de los chinos, habíamos
inventado la pólvora. Y qué decir de aquellos juegos de policías y
ladrones en los que me gustaba hacer de ladrón...
Pero no quiero presentarme aquí como el abuelo Cebolleta contando sus batallas inacabables y cansadas desde un balcón tan respetable como este, que os merecéis mucho más y mejor. Ahora tan solo deseo transmitíos unas pinceladas de recuerdos y mi apuesta total por el futuro. Por supuesto, también quiero intensamente que la diversión y los buenos
deseos den paso a unas fiestas inolvidables. Es este el momento en que
me gustaría brindar con todos vosotros portando una copa de cava aragonés en la mano cada uno, y cantar a coro, precisamente el brindis de La Traviata. No os asustéis, que no cantaré.
En este tiempo festivo quiero hacer a todos una consideración, que no se si servirá de algo, pero que para mi esta en plenitud vigente. Me refiero a aquel spot publicitario televisivo que hizo el cantante Steve Wonder, hoy rebautizado como Yusuf: “Si bebes no conduzcas, y si conduces, no bebas”.
Y ahora, que empiecen a lanzar cohetes, a sonar la música. Que comiencen las fiestas de Biescas 2015. Hasta dentro de otros 38 años. Os esperaré entonces a todos. Y no olvidéis que pasaré lista. De momento recibid mi abrazo, el abrazo de este cabecita loca enamorado de su pueblo. Sed muy felices. Y… ¡Viva Biescas!
MANUEL ESPAÑOL

JORNADAS MÁGICAS DE MONTAÑA EN BIESCAS

JORNADAS MÁGICAS DE MONTAÑA EN BIESCAS

LA SESIÓN DE CLAUSURA ESTARÁ DEDICADA A J.R. MORANDEIRA

 

Los aires mágicos del montañismo volverán a acariciar la atmósfera de Biescas un año más, con motivo de las Jornadas de Montaña 2013, que se desarrollarán los días 5, 6 y 7 de diciembre en el salón de actos del Centro Cultural “Pablo Neruda”, a partir de las 20 horas. Participarán en los dos primeros días Antonio Escarpa Besga(montañero y vecino de Biescas, con numerosas expediciones en los cinco continentes) y Sito Carcavilla Urquí (científico titular del Instituto Geominero de España). El sábado 7 tendrá lugar también un cálido homenaje a la memoria de José Ramón Morandeira, fallecido hace un año, y uno de los pioneros de la Medicina de Montaña al máximo nivel internacional, y siempre entregado a las causas nobles científicas, deportivas y humanas.

 

El 5, Antonio Escarpa Besga presentará el audiovisual “Vuelta al Aconcagua y Cima Cerro Aconcagua (6.960.8 metros)” Se trata del pico más alto de los hemisferios Sur y Occidental y el más alto del mundo de los situados fuera del asiático Sistema de los Himalayas. Escarpa, que además de ser montañero de élite, es músico (toca varios instrumentos), cantante y arquitecto técnico, llegó al Pirineo de mochilero y allí se quedó de montañés. Ha visitado el Himalaya en varias ocasiones, así como algunos sistemas de Rusia y China, pero en esta ocasión se ha adentrado, en compañía de Fernando Garrido Velasco, así como de Juan Bazán por el Aconcagua, montaña mágica de la que nos transmitirá su magia, su belleza, todo ello aderezado con un cierto aire aventurero.

 

El 6, Sito CarcavillaUrquí ofrecerá el audiovisual “Ochomiles: por qué están ahí?”. Sobre este tema, él mismo explica que “en 1923 un periodista preguntó a George L. Mallory, uno de los alpinistas británicos más destacados de su época, por qué tenía ese afán por subir al Everest, pues lo había intentado en dos ocasiones y se disponía ha probarlo de nuevo. La respuesta fue simple: “porque está ahí”. Esta breve y simple contestación se convertiría en una de las frases más famosas de la historia del alpinismo, y más teniendo en cuenta que se enmarca en una época donde aventura y exploración iban de la mano.Al hilo de la respuesta de Mallory y usando sus mismas palabras pero con diferente significado, podríamos hacernos otra pregunta: ¿”Por qué están ahí”? 

Carcavilla también señala: “todos los ochomiles se sitúan en Asia, en el Himalaya-Karakorum. Hoy en día sabemos que los continentes se mueven y que esa es la causa principal de la creación de las grandes cordilleras. Es más, en 2012 se cumplieron cien años de este descubrimiento que cambiaría la forma de ver nuestro planeta. Esta charla no sólo servirá para explicar cómo se forman las montañas y por qué están donde están, sino también cómo se llegó a deducirlo, lo que nos llevará a lugares remotos como los dos polos y los fondos marinos, en una historia que combina investigación científica, exploración y aventura durante más de un siglo”.

Sito Carcavilla(Castellón de la Plana, 1973) es doctor en Geología y Científico Titular del Instituto Geológico y Minero de España. Centra su actividad profesional en la geoconservación y en la divulgación de la geología. Ha participado en seis expediciones al Himalaya  (Ama Dablam, BroadPeak, Manaslu, Dhaulagiri y ShishaPangma, este último en septiembre de 2013)  acompañando a Carlos Soria.

 

El colofón a las Jornadas de Montaña Biescas 2013 será la realización del más entrañable y sentido homenaje hacia José Ramón Morandeira García-Lacruz, un hombre que en vida dio todo por el mundo de la montaña en perfecta simbiosis con el de la ciencia, incorporando de pleno su inmensa humanidad, su generosidad sin límites. Como científico ha publicado más de cuatrocientos informes en los foros internacionales y ha escrito veintiséis libros que han supuesto auténticas aportaciones para el avance en el tratamiento de diversas patologías médicas. Persona volcada incondicionalmente con Biescas siempre que se le ha llamado, además de médico, era veterinario, periodista titulado y psicólogo, y hablaba siete idiomas además del español. Su prestigio internacional en el campo de la medicina de montaña, de la que era todo un pionero siempre actualizándose, era evidente. “Humanero” y “plantero”, como a él le gustaba definirse, abrió unas huellas auténticas e imborrables.

Para glosar la figura y la dimensión de JR está previsto que intervengan: Moncho Morandeira (hijo y montañero), Cristina Pastor Oliver (doctora y discípula del homenajeado, con quien compartió responsabilidades en la fundación de la Unidad Mixta de Investigación del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza), Pepe Díaz (jefe de la Primera Expedición Aragonesa al Himalaya, en la que participaba José Ramón), Luis Masgrau (también médico, presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo y vicepresidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, entidad en la que José Ramón fue asesor médico durante muchos años), Alejandro Monjas (hasta hace poco guardia civil miembro de los Grupos de Socorro de Montaña), Urisicinio Abajo “Ursi” (grande entre los alpinistas aragoneses de todas las épocas), Paco Lacau (reconocido montañero barbastrense y amigo incondicional del homenajeado), y cabe la posibilidad de que asista su compañera del alma, María Antonia Nerín. Tampoco han querido faltar a la cita dos grandes y viejos amigos suyos, Carlos Soria y Jerónimo López, aunque lo harán a través de unas imágenes grabadas en video. Mientras se produzcan las intervenciones, se proyectará una colección de dispositivas con imágenes de Morandeira sobre los más diversos aspectos de su vida, no faltando tampoco un ligero toque desenfadado. Tal y como él decía, aunque en su ausencia cueste creerlo que “lo último que hay que perder en la vida es el sentido del humor”.

 

 

PEDRO VOLVIÓ A SUS RAÍCES

PEDRO VOLVIÓ A SUS RAÍCES

Hace ya algunos años (no digo cuántos, por si acaso), un chico, casi un niño alto, moreno y delgado, además de guaperas al que se disputaban todas las chicas para envidia nuestra, se dedicaba a poner paz entre nosotros, que no parábamos de guerrear en todo el día. Aquello sucedía en Biescas, la tierra, el pueblo que nos vio crecer. Sí, allí, junto a Pedro Estaún, se puede decir que plantamos unas raíces, que asomaron con tal fuerza, que crecieron y crecieron hasta e punto de no hay quien destruya sus frutos, y con ellos los vínculos que nos unen. Pedro era juguetón y hasta un punto alegremente travieso, y desde nuestros años más mozos no dejaba de aportar sus puntos de sensatez entre los locos de sus amigos, sí esos chicos que robábamos fruta por aquello de la atracción de lo prohibido, que jugábamos a policías y ladrones, que mezclábamos machacando clorato potásico con azúcar y con los canutos de los hilos de coser preparábamos “sputniks”. Era divertido hacerse el “malo”, pero creo que en el fondo no conocíamos la maldad.

El caso es que fuimos creciendo y comenzamos a desarrollarnos a través de diversas vías y profesiones. Pedro era muy inteligente y trabajador, acabó siendo físico y sacó la carrera con unas notas excelentes. El caso es que todos nosotros, a pesar de nuestros caminos distintos, convergíamos todos los años en Biescas y salvo alguna que otra temporada, no faltábamos a esas citas que nos daban vida. Pedro, fiel a su trayectoria, continuó dedicándose al estudio, pero el sendero elegido en esta ocasión era el del sacerdocio, el que ya jamás se apartaría.

Ha pasado el tiempo, han sido arrancadas ya numerosísimas hojas de los calendarios, quizás con demasiada celeridad. Y el pasado 14 de agosto de este 2013, Pedro Estaún se convertía en el pregonero de las fiestas. Nuestro amigo, feliz, volvía así a unas raíces, también montañeras, que vibran en nuestros corazones.

 

Éste es el texto de su pregón:

“Estimados vecinos de Biescas y veraneantes que hoy empezamos estas fiestas patronales en honor de la Asunción de la Virgen, de San Roque y de Santa Elena.

 

Hace unos años Luis Estaún, nuestro alcalde, me pidió que pronunciase este pregón de las fiestas de Biescas. Se lo agradecí de verdad, pero  le dije que no me parecía oportuno que yo, como sacerdote, fuese la persona más adecuada para ello. No le pareció muy acertado mi razonamiento, pero accedió y entonces no fui yo el pregonero en esa ocasión. Han pasado ahora unos años y me lo ha vuelto a pedir en nombre de toda la corporación municipal y he considerado que ahora ya no me puedo negar. Tanto entonces como ahora agradezco de verdad esta delicadeza que se ha tenido conmigo. Pienso que para todos los de Biescas es este un verdadero honor y yo me siento realmente honrado por haber recurrido a mí. Os lo agradezco de verdad. 

 

Aquí he pasado muchos de los momentos más alegres de mi vida. Recuerdo de manera especial los veranos de mi infancia y primera juventud. Eran unos años en los que no venían todavía veraneantes. Estábamos solo los del pueblo o los hijos del pueblo. Fueron veranos maravillosos. Venía a la casa de mis tíos: Agustín –que fue alcalde durante muchos años- y Pilarín, su hermana; hermanos de mi padre. Comenzaba entonces el desarrollo de este pueblo en el que se notaban las enormes cicatrices de una guerra que había dejado aquí terribles consecuencias. Recuerdo muchas cosas de aquellos años, entre otras la inauguración de la piscina municipal en la Conchada. Dejamos entonces de ir a bañarnos en el río, en la badina de Los Chopos, como lo habíamos hecho los años anteriores. Eran años en los que íbamos caminando a las fiestas de los pueblos cercanos: a Orós, a Gavín, y regresábamos de noche cantando por la carretera por la que entonces no pasaba ningún coche.

 

Aquí me inicié en una afición que ha perdurado durante toda mi vida: el montañismo. Mis primeras importantes excursiones –cuando todavía era muy niño- fueron al Puerto de Biescas. Teníamos que salir andando desde el pueblo para llegar, horas después, a refrescarnos en Fontornera. Mis padres me dijeron que si aprobaba el año siguiente la llamada Reválida –tenía entonces 13 años- me dejarían subir a Peña Blanca. Eso ya sí que era una gran ascensión, y efectivamente ese verano ascendí a esa montaña tan emblemática para los de Biescas. Estas excursiones las realizaba, entre otros, con mi primo Rafael Oliver, con Carlos Albasini y con Ángel García, de quien guardo un entrañable recuerdo y quiero que hoy sea recordado en este inicio de las fiestas de Biescas. Gracias a Dios he podido continuar con esta afición durante muchos años. Hace unos meses pude celebrar la Misa en la cima del Aneto, el monte más alto de nuestro Pirineo, y hace poco más de una semana en la cima de la Gran Facha aquí en el Valle de Tena. Me alegra que ahora que al realizar ahora paseos por los alrededores de Biescas, encontramos los caminos mucho mejor acondicionados de cómo estaban hace años. Eso nos permite descubrir algunos lugares a los que entonces era muy difícil acceder. Hace unos días estuve en un lugar muy cerca de aquí del que antes no teníamos ni siquiera noticias: la fuente Maimona, a la que se puede llegar tras un precioso paseo pasando por la Caseta de las Brujas.

 

Los estudios y trabajos me llevaron después por diferentes lugares. Viví durante varios años en las Islas Canarias, trabajando en lo que entonces era mi profesión, ejerciendo como físico. Pero aún entonces, aunque ya no eran tan frecuentes mis estancias en Biescas, siempre tuve muy presente esta tierra y, sobre todo me acordaba en estas fechas de las fiestas.

 

Mi vida cambió después cuando, tras estudiar unos años en Roma, me ordené sacerdote. Quise que mi primera misa solemne –ese acto que se celebra en el lugar más entrañable- tuviese lugar aquí, en Biescas. Comprenderéis mi alegría cuando en la iglesia de San Pedro –barrio en el que entonces vivíamos- pude renovar el sacrificio de Cristo en la misma iglesia en la que tantas veces había asistido a la Misa que celebraba entonces Mosen Vicente. He tenido después la suerte de no estar lejos de esta tierra, salvo una temporada que viví en Suiza. Durante años viví en Pamplona y después en el santuario de Torreciudad, y ahora vivo en Huesca. Esto me ha permitido continuar con las visitas a mi tierra y el trato con muchos de vosotros durante todos estos años.

 

Recuerdo que uno de los años en los que vivía en el santuario de Torreciudad finalizó allí una de las etapas de la vuelta ciclista a Aragón. Corría entonces Indurain, que estaba en su época de apogeo, pero aquella etapa la ganó nuestro Fernando Escartín, lo que le llevó, poco después a proclamarse campeón de la Vuelta ciclista a Aragón. No os podéis imaginar lo orgulloso que yo estaba y lo que presumí ante mis amigos y compañeros de que uno de Biescas hubiese ganado allí esa importante competición. Y es que, los de Biescas siempre nos hemos alegrado mucho del triunfo de los de nuestra tierra.

 

Ahora, viviendo en Huesca, tengo la oportunidad de venir a Biescas con frecuencia y participar en alguno de los muchos actos que aquí se organizan. He participado, entre otros, en los organizados por la Asociación Erata. Recuerdo con agrado cuando el pasado invierno, unos días antes de la Navidad, subí con José Miguel Navarro y con un grupo de unas quince personas a poner el Belén en la ermita de San Benito, muy cerca de cima de Erata a más de 2000 metros de altitud. Subimos con mucha nieve. Era un día muy claro, con una visibilidad extraordinaria. Allí, desde la cima de ese monte desde donde se divisa con toda claridad Biescas sentí, una vez más, el orgullo de ser de este pueblo y pude comprobar desde allí lo bonito que es.

 

Otra de mis grandes alegrías ha sido el que saliera a la luz el libro que publiqué sobre la ermita de Santa Elena. La verdad es Santa Elena para los de Biescas es mucho. Todos la sentimos muy nuestra y acudimos a ella con verdadero entusiasmo, no solo en la fechas de su fiesta, sino también siempre que podemos. Al menos así lo hago yo. Resulta especialmente bonita la romería del domingo de Pentecostés a la que acuden más de treinta cruces de los pueblos de la comarca. Procuro no perdérmela nunca, como tampoco la del próximo día 18. Quiero aprovechar ahora aquí para agradecer a los muchos que habéis trabajado en el acondicionamiento de la ermita, además de Maxi y Sebastián Estaún no hay que olvidar a Enrique Aínsa y a los presidentes de la Hermandad, Antonio Maza, Paco Ara, Miguel Blasco... Y al tesorero Antonio Claver. También quiero agradecer aquí ahora a los habéis hecho posible la reconstrucción de la ermita de Santa Engracia no lejos de la de Santa Elena: a Rafael Oliver, a Sebastián Estaún, a Esteban Cajal, a Antonio Cajal, a Moncho de la Puente y a varios socios de Erata, entre ellos José Miguel Navarro, José Ramón Allué, Manuel Campo, Antonio Lalaguna, Paco y Pilar...

 

También me agradó participar con dos artículos en el libro, promovido por Ricardo Mur, nuestro párroco, y patrocinado por este Ayuntamiento, que hace tres años se publicó que llevó por título “Un paseo con Maxi por la historia de Biescas”. Allí contaba la intervención de los de Biescas en la batalla de Alcoraz, en el siglo XI, cuando un grupo de cincuenta hijos de esta villa participaron voluntariamente y de manera heroica a favor del rey Sancho Ramírez en la liberación de Huesca, dominada entonces por los sarracenos. Fue allí donde se hicieron acreedores de por vida del título de infanzones 20 familias de este lugar, entre ellos los Oliván, los Fañanás, los Aznar, los Acín, los Cajal, los Lalaguna, y otros más. Los descendientes de Biescas podemos, por ello sentir un noble orgullo por la valiente actuación de nuestros antepasados en una batalla que tuvo tanta importancia en los primeros tiempo de la Reconquista”.

 

Otra razón por la que vengo siempre que puedo a Biescas es porque en el cementerio de este pueblo tengo enterrados a mis padres y a toda mi familia. Ahora quiero desde este balcón del Ayuntamiento hacer un recuerdo agradecido a ellos y a todos los que en este pueblo les habéis ayudado, tanto a ellos como también a mí.

 

Como sabéis, este año han comenzado las actividades en el albergue o casa de connivencias en Jarandín. Es mi deseo –y estoy seguro de que así será- que esto constituirá un empuje para el pueblo. Está pensado para campamentos con chicos jóvenes y para connivencias con todo tipo de personas. Comprenderéis que para mi es un auténtico motivo de alegría que, en los lugares en los que yo he jugado siendo crío, sean otros los que ahora lo hagan. Mi deseo era que se llamase Jarandín, pero los actuales propietarios consideraron que este nombre, aún siendo muy bonito, para los que no son de esta tierra y no conocían el lugar antes, les puede sonar un poco infantil. Alguno decía que sonaba a jardín de infancia. No he podido oponerme a ello y se llamará Tramasierras, otro topónimo de este lugar que representa una partida  no muy lejana de Jarandín, aunque en el otro lado del río. Muchos habéis visitado el albergue. A los que no lo habéis hecho todavía, os invito a conocerlo cuanto antes. Es probable que yo no esté cuando vayáis, pero podéis decir que sois de Biescas y con mucho gusto os lo enseñarán.

 

Solo me queda agradecer al Ayuntamiento –al Sr. Alcalde y a los concejales de todos los partidos políticos-  y a todos vosotros que, desde este balcón que domina la plaza de nuestro pueblo, me hayáis permitido deciros estas palabras que, puedo confesaros con seguridad, me han salido del corazón. Quiero también hacer una referencia llena de afecto a las Presidentas, a las Damas infantiles de este año, y a todos los que habéis colaborado para que estas fiestas de Biescas continúen siendo, como lo fueron para mí durante tantos años: unos días de alegría, de amistad y de convivencia para todos los que ahora nos encontramos en este bonito pueblo de nuestro Pirineo.

 

Felices fiestas a todos y muchas gracias.

 

 

Pedro Estaún Villoslada

Biescas, 14 de agosto de 2013”

 

 

Jornadas de Montaña Biescas 2011: DEL HIMALAYA A LOS PIRINEOS

Jornadas de Montaña Biescas 2011: DEL HIMALAYA A LOS PIRINEOS

 

BIESCAS.-Con la presencia de reconocidos protagonistas, con intención de contagiar los aires de libertad que hacen sentir los mundos de las cimas, el martes 6 y el miércoles 7 de diciembre, en sesiones que darán comienzo a las 20.00, se desarrollarán en e Centro Cultural Pablo Neruda, las Jornadas de Montaña Biescas 2011. Sin duda se trata de un acontecimiento importante, que tendrá como protagonistas a los doctores María Antonia Nerín, José Ramón Morandeira y Jorge García-Dihinx. El primer día, Nerín y Morandeira ofrecerán una conferencia acompañada de impactantes imágenes y que se titula “Cómo ir de expedición y no morir en el intento”, mientras que la segunda y última sesión correrá a cargo de Jorge Garcia-Dihinx, con el tema “La meteo que viene”, igualmente con un seleccionado material audiovisual.

 

María Antonia Nerín y José Ramón Morandeira, dos personas muy queridas en Biescas, son dos investigadores natos sobre la importancia médica en la investigación de la medicina de montaña. No en vano, son los responsables de la Unidad de Medicina de Montaña del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, cabezas visibles del Grupo de Investigación “Salud y Seguridad en la Montaña”, con un merecido reconocimiento científico internacional, y también son profesores titulares de la Facultad de Medicina. Habituales del Himalaya, la última de las expediciones en las que participaron fue la que se dirigió al Lhotse, y en la que participaron como médicos e investigadores, viviendo muy estrechamente las vicisitudes allí surgidas, y tratando también a los propios nativos nepaleses de la zona, que con tanta fe se les acercaban.

 

Por su parte, el doctor Jorge Garcia-Dihinx, reconocido pedíatra zaragozano. Todo un apasionado de su profesión, es también un auténtico amante de la actividad montañera, y vocacionalmente conocedor del entorno montañero, lo que le ha llevado a estudiar profundamente la meteorología. A él le gusta decir que “soy pedíatra que no meteorólogo”, y la realidad es que su blog  “La meteo que viene” (http://lameteoqueviene.blogspot.com/) es continuamente visitado, hasta el punto que desde junio de  2010 hasta ahora, ha recibido prácticamente un millón de entradas. El mencionado blog , según explica en el mismo, está dirigido a “todos aquellos que disfrutan de los Pirineos tanto como yo” Y en el mismo añade una nota que dice: “Las previsiones aquí escritas son estimaciones basadas en modelos numéricos europeos y pueden estar sujetas a error (y me puedo equivocar!). Estos boletines se emiten de forma voluntaria, con idea de facilitar información a quien la necesite, pero sin asumir desde aquí responsabilidades. No es éste un servicio público sino un blog que combina boletines meteo para el Pirineo y Zaragoza con entradas de nuestras salidas a la montaña. Que lo disfrutéis. Se agradecerán vuestros comentarios. Jorge”. Sus amigos, y prácticamente todos que le siguen, afirman que es un “crack” que no se equivoca nunca.

 

 

DESDE BIESCAS CON AMOR

 

 

El verano dará paso al otoño. Aún quedan unos días estivales muy intensos. Después seguirán los recuerdos, algunos de ellos inolvidable, como inolvidables son y serán algunos protagonistas. Es el caso de Javier Oliver Villuendas, que ha dejado huella imborrable con su pregón de apertura de las Fiestas de Biescas 2011. Dado su incuestionable interés, he decidido dar paso a sus palabras pronunciadas desde el balcón principal del Ayuntamiento, que constituyen todo un canto de amor a una tierra, a unas montañas y a unas gentes que también considero mías.

 

El pregón de Javier Oliver:

 

Reinas de las Fiestas, Alcalde, seores miembros de la Corporación, vecinos de Biescas, visitantes, amigos todos. Hace unas semanas recibí una llamada de nuestro alcalde, pidiéndome el favor de pregonar las fiestas que ahora comienzan. “Planteamiento equivocado”, pensé; el favor no lo hacía yo; me lo hacía a mí.

No soy nacido en Biescas, pero soy de Biescas, vamos, “de Biescas de toda la vida”. Aquí tengo mi casa en toda la extensión que esta palabra tiene en Aragón, y de aquí es mi familia. De zagal he pasado largas temporadas en este pueblo, inmerso en su vida, participado en lo cotidiano y siendo testigo en lo extraordinario. Y he crecido, y lo he visto crecer. Y no me lo han contado; lo he visto yo, y por eso os lo voy a contar, pues como dijo un pastor de Sobremonte, “lo fablar ye muito majo pa dechalo sin fablar”.

Un día, no recuerdo cuándo no en que circunstancias, desde aquello montaña poblada de árboles que véis arriba, y que llamamos Cerruza, despegué con mi parapente. Las condiciones para el vuelo eran buenas. No había nadie; tranquilidad absolut. Una suave brisa ascendente me hizo remontar el lugar del dsegue y pronto me vi planeando por la ruta de Burrambalo. A mis pies, en Fuenteornera, abrevaban las vacas que Ismael padre había subido a finales de junio, alrededor de San Pedro, para pasar el verano. Me acordé que en Casa Lalaguna, sin embargo, de siempre se subían a Pedrafita, puerto menos agreste. Y vi al pastor, Joaquín acarreando piedras de sal. Y estaban sus hijos, y les oi pedir a su padre que les comprara un polo. Me sonreí. Remonté las peñas de Aso y oí chillar a la marmota, seguramente importunada por mi presencia. Pasé por el Pilón de Acumuer y, allá abajo, en la pradera de Plandusabas, vi hozar un jabalí, y en lo alto, en lo que llaman la Peña Retona, observé el vuelo elegante del quebrantahuesos. Los vientos me llevaron al Zarrambucho, y mi sombra proyectada en la pared espantó al sarrio, que oteaba desde su atalaya; aunque quizás no fui yo, pues vi subir, fusil al hombro, a Cuartel y a los hermanos Escartín, Jesús y Javier, y deduje que estaban resacando, cosa que entonces podía hacerse. Y vi también a lforestal acechando al cazador. Tornando por la fuente de la Espelunga,  bajé hacia el inarillo, y alí intuí, fugaz, la silueta del ciervo. No me dio tiempo a fijarme, pues enseguida oí ladrar al corzo en los campos de Semolustré. Y no me lo han contado; lo he visto yo. Dirigi entonces el vuelo por encima del barranco del Puerto, hacia la que dicen la fuente del Riñón, y ali quedé suspendido a gran altura. A mis pies, tenía la ermita de Santa Elena, patrona de Biescas, con la Gloriosa manando de la cueva en abundancia.¡Cómo corría la gente por la pradera de la ermita, tratando de recuperar los melones puestos a refrescar, y que el agua, salvaje, arrollaba! Mientras, un perro sin rabo, disimulando, se llevaba las viandas ahora sin dueño. ¿Sería el perro de San Roque, también patrón de Biescas, que que alimentó y sanó al santo en su enfermedad?. Y ahí estaba Maxi, llave de la ermita en mano, explicando a unos forasteros, cómo perseguida por el moro, Santa Elena busco refugio en la cueva, y cómo en la entrada, una araña tejió rápidamente  su tela, despistando así al perseguidor, que concluyó con un… “donde la araña tejió, Elena no entró”.  Y vi el dolmen, uy pequeo desde mi balcón. Y me llamaron la atención dos jinetes cabalgando por la Pellera, “¡a mi el Séptimo de Caballería!” Luego me dijeron que eran mi padre y Fernando Baratech. Y vi a Alfredo Barrios amonestando a unos excursionistas que en mitad del bosque de Lasieso, hacian fuego para asar chullas. Por encima de las montañas de Loba, tío Joaquín dirigía las caballerías que arrastraban la madera adjudicada en la última subasta. Y en las paredes de Baladrás, más arriba todavía, Antonio Escarpa y Juan Bazán se afanaban por abrir una expuesta vía de escalada. Los zagales, los más pequeños, daban sus primeros pasos de escalador en la via Ferrata que parte dek Zoque, bajo la atenta mirada de sus padres. Creí distinguir a mis hijos, es más, estoy seguro de que eran ellos Y no me lo han contado; lo he visto yo.

 

Torné mi parapente hacia Biescas, siguiendo el curso descendente del río Gallego, ue ese día bajaba especialmente turbio y tumultuoso. “Tormenta en Francia”, pensé. Y a río revuelto, allí estaban, caña en mano, Ramón Ypiéns y mi tío Javier, pugando por sacar del agua la trucha mas grande. Y en el camino de Santa Elena, cerca del “Crucifierro”, observé gran gentío en peregrinación. Me acordé entonces de la Romería de las Cruces del domingo de Pentecostés. Y vi al mosen descansando en la silleta de Santa Elena. Más abajo, en una barranquera empinada y umbría, creí oír gritos moribundos, y e estremecí, recordando la defensa que los pelaires habían hecho de su tierra frente a las tropas de Antonio Pérez. “Y la sangre tiñó de rojo en río, a su paso por Biescas”, me habían contado mis padres cuando era pequeño. ¡Qué miedo me daba esta historia! Y por entre los cajicos de las Carruscas,  subiendo a distinguí a mi hermana subiendo a la Caseta de las Brujas, encabezando una expedición con las guapas mozas de La Abadía. Creo que esa noche planeaban caza de gamusinos. Y no me lo han contado; lo he visto yo.

 

Y así, volando, llegué a Biescas. ¡Qué pequeñas se veían sus casas, qué pequeñas parecían sus gentes! Allí estaba Salvador, en su carpintería, discutiendo con uno de fuera las bondades de madera de boj. Y allí estaba Sebastián, faenando en su tienda, y Pepe en su bodega, y Feliciano en su carnicería, y Encarnita en su farmacia… Y Manolo en el banco, y Mariano en el supermercado, y Jesús en el estanco, y Falito en la barbería, … y el churrero, y el feriante… y el Estacho, y el O`Garden,…y la Gruta, y el Tendeñera. Pequeños oficios, haciendo grande este pueblo. Me pareció ver también al tío Félix dispensando una partida de tornillos, y a tío Agustín  una cajetilla de tabaco negro, pero de esto no estoy seguro, pues volaba a gran altura. Larga cola se extendía por el puente, saliendo de la panadería, y pensé en las tortas de miel recién horneadas. Hasta aquí arriba llegaba el sonido de la sierra de Paquito Lacasa, mezclado con el estruendo de los tubos de la central. Jarandín, en cambio, ya no hacía tanto ruido. ¡Qué bonito se veia el “Tierra de Biescas”! Había animación en el otro lado”; porque el barrio de San Pedro siempre ha sido para mi “el otro lado”. Observé gran gentío en el campo de fútbol; el Real Zaragoza, como visitante, sudaba de lo lindo para hecer un gol en la portería local, cuyos jugadores e defendían como si de los hugonotes se tratase. Y no me lo han contado; lo he visto yo.

 

Mucha animación se veía también en la cale Esperanza. En Ruba no caia un alma. Allí, en el “rincón del abuelo”, estaba Ramón padre, que hacía ya tiempo que había delegado el negocio en sus hijos. Y oí a Jesús discutir con mi madre sobre las bondades del vino de Somontano, mientras Ramón, en la cocina, preparaba unos tripiligates. Animación había también en la calle Mayor, y en la plaza de Ayuntamiento. ¿La Feria de Otoño, la de Primavera tal vez? ¡No, una carrera ciclista! Se celebraba aquél dia la Treparriscos, y un nutrido pelotón de escapados pasaba rápidamente. Si no fuera porque estoy aquí arriba, diría que voy en cabeza. Y allí están mi hermano, y Api, que van a por todas El pueblo entero se vuelca con la carrera. Siempre lo ha hecho. Es un pueblo dispuesto. Para todo. Recuerdo su comportamiento ejemplar, hace ya alguntiempo, cuando se puso violento el Barranco de Arás. Y no me lo han contado; lo he visto yo.

 

Allí abajo distingo también a José Antonio Escartín y a Pepe de Josito, que a propósito del Monte de las Acciones, discuten en animada charla con José María de Goyicos sobre la alera foral y otros aprovechamientos aragoneses de pastos, leñas y demás ademprios. ¡Qué envidia me dan y con qué gusto me sumaría a la tertulia, yo, que en el ejercicio de mi profesión, y aunque alejado siempre de esta tierra, he paseado como propias las instituciones jurídicas del Alto Aragón, tratando de enseñar y explicar a los infelices del llamado “derecho común”, en qué consisten cosas tan nuestras como el régimen consorcial, o el derecho expectante de viudedad, o el casamiento en casa, o el testamento mancomunado, o el de derecho  de abalorio, entre otras, o el principio ”standum est chartae”,que no es sino el aforismo jurídico del apretón de manos. Sobrevuelo las escuelas, y allí está Angelito, don Ángel, el maestro, educando a zagales de corta edad en los principios del respeto y la responsabilidad, haciéndoles ver que, como aragoneses que son, deben estar preparados mucho antes que los demás, puyes en Aragón se es mayor ya con catirce años. Y quedo suspendido sobre el campo de La Conchada, donde mi mujer, diminuta desde aquí arriba, me saluda alegremente. En su mano agita una hoja de papel con las “preces de a toza de nochegüena”, que está memorizando para Navidad: “güena morcilla grasa, pa la dueña de esta casa”. Y no me lo han contado; lo he visto yo

 

Debo preparar ya el aterrizaje. Veo a Navas, y a “Fernandito”, y a “Luisito”, que van posando suavemente sus parapentes en los campos de la Viña. En mi último giro aún e da tiempo de ver a Cotí, a nuestro Fernando Escartín, entrenando con su bicicleta rumbo al Cotefablo, a Ismael con su tractor dallando  en San Cristóbal, y al cura de Gavín, allá a lo lejos, encaramado en lo alto de la iglesia de Orós en labores de rehabilitación. No hay tiempo para más. Finalmente, aterrizo yo también.

 

Y y en tierra, mientras me desprendo de la impedimenta del vuelo, aún araño unos segundos para contaros que un pregón es un discurso elogioso en el que se anuncia  al público la celebración de una festividad, y se le invita a participar en ella. Y que el pregonero es aquél que en voz alta da pregones, publicando y haciendo notorio lo que se quiere hacer saber a todos. Pues bien, con el recuerdo de todos los que en esta misa labor han pasado por este balcón, éste que hoy os habla, orgulloso pregonero de sangre pelaire, mandatario del pueblo de Biescas, os anuncia, publica y hace notorio que hoy empiezan las fiestas patronales en honor a San Roque y Santa Elena, y os invita a participar en ellas. Y no me lo han contado; lo he visto yo. ¡Felices Fiestas!

 

Javier Oliver Villuendas