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Mundo mágico

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

 

Casi me da vergüenza decirlo, pero la verdad es que el 14 de este mes de agosto, tuve el honor de hacer el Pregón de las Fiestas de Biescas 2015, desde el balcón del Ayuntamiento. La plaza estaba prácticamente llena y la emoción que llevaba en el cuerpo no tiene palabras suficientes para describir el momento. Os puedo asegurar que fue uno de los días más felices de mi vida. Cuando acabé tuve que alejarme por unos segundos del balcón, y ya solo casi rompo la emoción. Me gustaría compartir ese momento con todos vosotros ofreciéndoos el texto.
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Veo, observo vuestros rostros y en los ojos con que me miráis, adivino la ilusión y el deseo del comienzo de las Fiestas. Seré breve, que ya lo dijo Baltasar Gracián en su “Arte de la prudencia”, que “lo bue si bre dos veces bue”. Hoy hablará mi corazón; es que por el mosaico de mi cabeza alocada se cruzan muchos cables por el momento tan intenso que vivo y no sé qué puede salir de aquí. Sea, que se me apodera uno de los momentos más indescriptibles de mi vida.
Hace 38 años, en este mismo balcón del Ayuntamiento de Biescas, me
sentía el hombre más feliz del mundo. Había entonces personas muy
queridas que ya no están entre nosotros, y a las que envío mi más
entrañable recuerdo, el beso a cada una de sus estrellas allá donde se
encuentren. (Pausa) Ellas abrieron huellas imborrables cargadas de respeto yadmiración, que me siento moral y voluntariamente obligado a
seguir, porque me sale del alma. Hoy, 38 años después, más calvo, con más kilos y metido de lleno en la edad media avanzada, aunque no lo llevo mal del todo, sigo siendo la persona más feliz del
mundo. No os podéis imaginar amigos, lo que supone para este pelaire
(señor alcalde, concejales, ¿me puedo llamar pelaire?).... Pues a lo que íbamos, que la ilusión que tengo de hablaros de nuevo desde este balcón de mis entrañas y de esta manera dar paso a las fiestas más hermosas, es como la de un niño que empieza a descubrir momentos deslumbrantes en cada paso que da, en cada abrir y cerrar de ojos. Es tiempo de recuerdo, pero también de alegría, y (¿por qué no?), de futuro (¿verdad que sí
presidentas y damas de honor? Para mi ser el pregonero en la tierra que me vio crecer es el honor más grande del que podía disfrutar, es el hacerme abrir una sonrisa permanente que os dedico, como no podría ser de otra manera. Gracias a quienes me estáis escuchando, gracias a la
Corporación Municipal que ha pensado en mí depositando sus muestras de confianza y de cariño. En este momento, con la felicidad que me
embarga, se me pone un nudo en la garganta y hasta me emociono nada
más pensar de la necesidad que tengo de estar al nivel que os
merecéis. No lo sé, tengo mis dudas. Disculpadme. Hoy está ante
vosotros, un pregonero muy veterano, y que por ello ve con optimismo
bien fundado el futuro de esas generaciones que representan, insisto, nuestras presidentas y damas de honor. En vosotras asoma el futuro
que nos espera, seguro que espléndido, tal y como se revela de la
observancia de vuestras expresiones.
No sé que me ocurre en estos momentos. A veces creo que soy un hombre primitivo de sentimientos nunca disimulados, y se me apoderan las ganas de soltar fuertes gritos de admiración hacia esta tierra de gentes notables y todas nobles que saben como nadie del valor de los gestos amables, del sentido de la hospitalidad. Quiero ofreceros mi humilde y particular aplauso.
Esta es mi tierra, de la que disfruto desde que llegue allá en tiempos
en los que el autobús de la Tensina paraba en Casa Chances, tierra en
la que se olía a naturaleza en sus calles, y en la que me eduqué y me
educaron mis padres, y me hicieron madurar todos los miembros de una
familia grande y llena de amor, y que me dieron el más inmenso cariño que puede recibir una persona, al principio un personajillo chiquitín,
ahora, veterano que no está mal conservado. Observad que no cito
nombres, aunque me duele interiormente, porque todas las familias de
Biescas, sin excepción, son enormes y no sería justo dejarse a alguien
en el tintero. Mi pueblo me ha dado tanto, los pelaires me han dado
tanto, que nunca estaré lo suficientemente agradecido.
¡Cuanta paciencia se tuvo aquí conmigo y con los que hoy son grandes
amigos! Era cuando participábamos en travesuras inventando nuestros
sputniks (cohetes que hacíamos aprovechando los tubos de hilo de casa
y rellenando su interior con una mezcla de clorato potásico y azúcar,
todo machacado. Al artefacto le poníamos una mecha a la que
prendíamos fuego y así hasta alcanzar en su explosión una altura de
dos metros máximo. Muchos años después de los chinos, habíamos
inventado la pólvora. Y qué decir de aquellos juegos de policías y
ladrones en los que me gustaba hacer de ladrón...
Pero no quiero presentarme aquí como el abuelo Cebolleta contando sus batallas inacabables y cansadas desde un balcón tan respetable como este, que os merecéis mucho más y mejor. Ahora tan solo deseo transmitíos unas pinceladas de recuerdos y mi apuesta total por el futuro. Por supuesto, también quiero intensamente que la diversión y los buenos
deseos den paso a unas fiestas inolvidables. Es este el momento en que
me gustaría brindar con todos vosotros portando una copa de cava aragonés en la mano cada uno, y cantar a coro, precisamente el brindis de La Traviata. No os asustéis, que no cantaré.
En este tiempo festivo quiero hacer a todos una consideración, que no se si servirá de algo, pero que para mi esta en plenitud vigente. Me refiero a aquel spot publicitario televisivo que hizo el cantante Steve Wonder, hoy rebautizado como Yusuf: “Si bebes no conduzcas, y si conduces, no bebas”.
Y ahora, que empiecen a lanzar cohetes, a sonar la música. Que comiencen las fiestas de Biescas 2015. Hasta dentro de otros 38 años. Os esperaré entonces a todos. Y no olvidéis que pasaré lista. De momento recibid mi abrazo, el abrazo de este cabecita loca enamorado de su pueblo. Sed muy felices. Y… ¡Viva Biescas!
MANUEL ESPAÑOL

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