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Mundo mágico

INGÉNUOS VOTOS ELECTORALES

INGÉNUOS VOTOS ELECTORALES

 

Me acosté pensando en los regalos virtuales, que  a reales no llego, que pensaba hacer por Navidad a esos políticos que tanto nos quieren y que dicen hablan y hacen en representación nuestra, sin que nosotros les demos mayor autorización que la de unos ingenuos votos electorales tras las exposiciones de sus programas cargadas muchas de ellas de falsas promesas. Y me reía solo ante la extrañeza de mi mujer, que hace tiempo duda de la integridad de mis facultades mentales. Asumido mi papel de loco surrealista con sentido del humor, aunque a veces no lo parezca, en sueños llegué a pensar que los presos por delitos económicos devolvían con intereses el importe de sus fechorías, que los delincuentes del mismo tipo pero que permanecen huidos de la justicia hacían otro tanto, que así poco a poco los españoles no sólo íbamos a salir de la crisis, sino que llegaríamos a superar el máximo nivel de los mejores tiempos (de bienestar, se entiende). Y en el colmo de mi delirio hasta contemplé en imágenes difusas, que iba bajar la gasolina, la luz, el gas, la alimentación, el precio y las condiciones de las viviendas, todo ello seguido de un largo e increíble etcétera de bondades como la derogación inmediata de las medidas más represivas, la educación de alta calidad para todo el mundo, una sanidad universal para todos, alejada de la privatización. Y no sigo… ¿No era para sentirse feliz? De ser así, hasta Rajoy y los que le acompañan nos caerían más simpáticos especialmente para los que creemos en la justicia social. Pero no explico más mis sueños porque me vería obligado a extenderme determinadas imágenes sexis que no vienen al caso, aunque animan bastante.

El caso es que, para desgracia de mi placidez sonó el radio despertador a destiempo, demasiado temprano, con la noticia de que el resultado la subasta de la luz haría que ésta aumentase su costo a cada consumidor con un porcentaje situado en torno al once por ciento, si bien un día después el Gobierno había dejado en suspenso esa medida tan descabellada y sumamente egoísta e insolidaria. Así que teníamos la tarifa más alta de Europa y con la subida se pondría entre las primeras del mundo. Claro que en algo teníamos que ser los primeros, con lo que el orgullo nacional está a salvo. Bueno, que ya se pondrán de acuerdo Gobiernos y eléctricos, para transmitirnos en toda su intensidad corriente de alto voltaje para nuestro cuerpo y mente de manera muy especial.

Mientras, entre todas las ¿fuerzas? políticas se vislumbra un rollo muy malo que no provoca mas que enfrentamientos, alejamientos cada vez más intensos entre los grupos y personas que lejos de unirse por una causa común en beneficio de todos, se distancian a través de posiciones divergentes y muchas de ellas egoístas. Mientras, en este país todavía llamado España, los políticos gobernantes dicen que la crisis se ha acabado, que los sueldos suben de una manera aceptable, que el desempleo disminuye, que las pensiones están garantizadas, aunque su aumento no será dependiente de la fluctuación del IPC. Ante esta situación no me queda mas que decir que no se han subido sueldos (probablemente sí en el caso de algunos altos directivos), que ha disminuido el número de pagas extras, que los contratos laborales cada vez valen menos, que continuamente cierran locales comerciales y pequeñas y medianas empresas. ¿Hay alguien que se atreva a decir que “España va bien”?

Bueno, que me pongo demasiado serio, que no es lo mío. Que tras mis turbios sueños hay algo que sí quiero regalar de cara a estas Navidades a nuestros ¿responsables? políticos: oxitocina, la sustancia natural de fomenta el cariño entre las personas y da mayor dulzura a las formas. ¿Verdad que sería bello ver bailar un tango muy agarrado a Rajoy con Elena Valenciano?, ¿y a Soraya Sáenz de Santamaría con Rubalcaba?. ¿A Rosa Díez con quien le emparejamos? Tras la duda pienso que no le importaría bailarlo con su diputado Toni Cantó.

El próximo día, como decían Tip y Coll, hablaremos del Gobierno. País…

 

MANUEL ESPAÑOL

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