Blogia
Mundo mágico

CON “B” DE BURRO

CON “B” DE BURRO

Pero si es que casi me da vergüenza decirlo cuando hay tanta carestía de afecto en estos paramos secos y manchados por  la envidia, el odio, rencor, egoísmo y fanatismo terrorista, entre otros males. Eso deprime con intensidad, pero no sé por qué, hoy he llegado a abstraerme de todos estos destrozos tan intensos provocados por el ser humano a cuya especie pertenecemos Sí, tengo ganas de gritar a los cuatro vientos: “¡Soy feliz. Que se enteren todos de una vez!”. Y todo ello mientras que los vecinos próximos a mi vivienda han puesto a todo volumen la música de “La vida es bella”, por lo que me he dejado llevar de un entusiasmo y no sé si avergonzarme de ello en un país en el que pronto habrá elecciones y en el que los políticos en el poder quieren que me sienta aquí como “Alicia en el País de las Maravillas” para luego estrenar si pueden “Tormento en el infierno”. ¡Cuántas dobles caretas se mueven entre las plazas de toros, polideportivos, teatros y plazas públicas que dan cobijo a presuntos implicados en el mundo político! No, si en el fondo soy un inocentón que no quiere que le engañen, aunque me da la impresión de que lo pretenden. Todos hacen promesas de nuevas ventajas sociales, se lanzan al degüello unos contra otros por faltas de ganas para sumar en los puntos básicos con la intención de que los méritos sean solo para ellos. Y quienes las podían haber llevado a cabo por sus alternancias en el poder, no lo han hecho. ¿Alguien puede honestamente dar garantías de cumplir las promesas?

Reconozco que algo loco ya lo estoy, que lo que quería decir es que “la vida es bella”, y sin embargo contradictoriamente, pongo en marcha toda mi batería verbal y a la vez armamentística cargada con balas “dum dum” y sin un ápice de piedad. Bueno, pues que ellos y un servidor nos vayamos todos a botar (con B de burro), por no decir otra cosas, que si no, me llamarán grosero y ordinario. Los hombres entramos y no salimos de continuas contradicciones.

Desde hace unos cuantos días recibo solicitudes casi múltiples de amistad de políticos con quienes mantengo buenos contactos directos y otros que ni siquiera conozco. Y se acuerdan precisamente de mi y de los lectores y no lectores de este “plumilla” cándido, sean de la yenka que sean (un pasito adelante, dos pasitos atrás y vuelta). ¿Cómo se le puede llamar a eso? Personalmente no le quiero poner calificativo por temor a que me digan “blando”, mientras otros me criticarán ferozmente de que no hable de la corruptela y del paro que afectan a “este país que va bien y que ha remontado el vuelo tras la crisis económica”, frase que produce una auténtica carcajada que a veces compartimos con las ganas de llorar. "¡Madre del amor hermoso, el cabreo que llevo encima”. ¿Y yo que tenía ganas de sacar adelante mi sentido del humor? Pues lo siento, que mañana será otro día y me gustaría provocar ataque de risa y hoy no estoy para mucha guasa. Y no sé por qué, dado que la política es un filón sin fin, incluso en su momento a pesar de Franco. Tan sólo ahora me acuerdo que en época electoral años ha, hubo mitin en un pueblo de Aragón, al que vino el político nacional de turno para apoyar a los candidatos locales de su partido: “Queridos ciudadanos míos. Es un privilegio para mi compartir unas horas con vosotros. Vuestro pueblo, que desde ahora lo hago mío, hace que haya venido aquí con una ilusión muy grande. Ya mis abuelos me hablaban de vosotros en sus tiempos, de la buena gente que habéis sido y sois todos. Os traigo una buena noticia, y esa buena noticia es que si tenemos vuestro voto y salimos elegidos, en la próxima legislatura os prometo que ya tendréis ese puente nuevo tan necesario”. Le interrumpe el secretario y le dice que el “señor diputado, que se ha confundido de pueblo y aquí no hay río”. El político nacional, lejos de rectificar, se vuelve de nuevo hacia el púbico, y con una risa abierta le dice: “¡Ay amigos!, que lo que quería era echarle un poco de humor al asunto. Que ya sé que aquí no hay río… Pero no os preocuparéis, traeremos un río y construiremos un puente. Eso seguro, que no os vamos a fallar”. Pues eso.

 MANUEL ESPAÑOL

0 comentarios