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Mundo mágico

TU ESTÁS LOCO, CHAVAL

TU ESTÁS LOCO, CHAVAL

 No lo puedo evitar. Este sábado me caen los primeros 70, estoy jubilado, gozo de una salud aceptable que incluye el ejercicio del deporte en general y el montañismo en particular. Soy feliz con la lectura, la música, el cine, teatro, y mi pasión por emborronar de locuras las hojas en blanco no tiene límites. Pero me falta tiempo, que me gustarían días de… digamos, de 48 horas. Para colmo creo que me he portado mal con Gabino, al que no le dejo expresarse libremente y al que siempre le impongo mis criterios. ¡Ay Gabino, lo siento! Hoy dejas de ser mi alter ego y dejas de ser protagonista por espacio de 24 horas, mientras que un servidor, el jefe Manolo pasa a apropiarse debidamente de tus chaladuras. ¡Ay compañero inseparable!, perdona que me ponga en plan jefe, y posiblemente un poco dictadorzuelo. Te di vida y por una vez te suplanto y hasta me atribuyo el amor que sientes por Jimena. Alguien pensará que este veterano quiere presumir de joven y que cree que para él no existe el declive. El declive sólo está en la mente de uno, aunque haya impedimentos físicos que poco a poco se manifiestan con toda su mala intención y que hacen reflexionar, aunque como estoy en plan de loco surrealista, no demasiado. ¡Qué más da…! Donde haya humor e ingenio, algo tremendamente difícil y por lo que peleo día a día, habrá juventud, alegría. ¡Oiga, don Tristán!, que ya sé que soy un español iluso (Españoles y Lusos, uníos), pero no trate de quitarme el sentido del humor, que es lo último que se debe perder y es obligado mantener por lo menos hasta el último suspiro; no trate de quitarme mi gusto por las mujeres, por mis amigas que tanto y tan sinceramente me alegran la vida (no se piquen los chicos que también me dan su amistad). ¡Que no, que no, don Tristán!, que si trata de arrebatarme la sonrisa me pondré serio y con el gesto adusto puedo ser muy peligroso. De mayor me gustaría ser como mi tío Tan, que me gana a beber vino y me dice unas cosas en broma que no me atrevo a publicarlas por escrito, pero que me hacen soltar unas carcajadas… Algún día en secreto puede que os las cuente. No, no, don, que no hablo de sexo. Joé, que en este puñetero país tienen más delito los escandalizados que los teóricamente escandalizadores. No es malo lo que se dice, pero sí lo que se pretende escuchar. Claro que esto último es cosa de viejos, y yo soy un chico joven que ama la vida con suma intensidad. ¿Qué sería de mi sin mis brujitas buenas que noche tras noche acarician mi mente?, ¿qué sería de mi sin meterme de vez en cuando con el Gobierno? ¡Viva la libertad de expresión!, que cada uno diga lo que piensa, pero que no hiera los sentimientos más intimistas de las personas con opiniones cargadas de mentiras. “Tío, que te estás poniendo viejo y pesado” dicen mis sobrinos cuando me pongo serio y quiero dar cancha a la voz de la experiencia, algo que no sirve de mucho si es que se toman las cosas con un mal interpretado rigor. Estoy en el ordenador, miro en el caralibro y me encuentro con un mensaje privado de Ignacio Español, desde Ferrol, en el que me dice que ya me puedo preparar para este sábado, que me la va a organizar gorda, mientras que Pablo desde Varsovia me anuncia algunas de sus caricaturas. ¡Qué feliz me siento!, que hasta Jimena me dice en estos momentos eso de “tu estás loco, chaval”. ¡Huy lo que se me está ocurriendo, chavala!. Brujitas hermosas y bruxos bonachones, os pido que por lo menos seáis tan felices como yo en estos momentos. Os invito a vivir intensamente también en los próximos 70 años. ¡Viva la fraternidad, la igualdad y la libertad, vivan el amor y las ilusiones!”. Cada día me dais parte de vuestro corazón y creo que ya me puedo llamar “el as de corazones”

MANUEL ESPAÑOL

 

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