LA RONDA DE LOS COCHES DE LUJO

“Mecachis la mar salada, que como soy de Bilbao, como está mandao que mañana os invito a una bacanal a base de ternero o ternera a la brasa, que igual me da. Y además lo regaremos con un vino tinto riojano, de esos de categoría”. Eso me decía el amigo Josean en el transcurso de un almuerzo aragonés a base de magras con tomate y pagado a “escote” entre los seis que estábamos despidiendo el verano. Uno, que es muy de la tierra, sugeríque el vino fuese del Somontano, y el otro me llamó animal, además de exclamar toda una serie de improperios variados hacia mi persona. Y no sólo se mantuvo en su propuesta inicial, sino que para mayor órdago, aseguró que además que “como postre, aportaré pasteles elaborados en mi tierra, que son los mejores del mundo. Y para chulo yo, que brindaremos con agua de Bilbao”.
Uno, que estaba en minoría a pesar de hallarse en su tierra (dos vascos, tres catalanes y un aragonés) hizo un alarde de paciencia, pero no pudo resistirse ante tanta bravuconada, y decidió unir fuerzas con los catalanes y aquello pareció una torre de Babel o una complicada partida de mus. Así que me dio por reír y sacar a relucir mi ironía, a veces poco dosificada: “¡Pero qué chulo, el Josean este. Debes estar algo beodo para lanzar el órdago. ¿Estás seguro de lo que has dicho?”, a lo que me respondió: “¿es que dudas de mi palabra, maño? Que sepas que un bilbaíno cumple siempre todo lo que dice”. Mientras, por lo bajo el catalán Lluis, me dice con asentimiento gestual por parte sus paisanos: “Gabino, no seas tonto y no destroces esta juerga, lo que hay que hacer es picarle con el otro vasco, Mikel, y a ver quien pone más. ¿No es verdad, Pep y Artur?” “Nada, nada, que está muy claro, déjales que cumplan sus faroles, alimenten su ego, que eso a nosotros nos beneficia en esta época de crisis económica”. Naturalmente les di la razón, no sin antes peguntar que “ahora que estamoa cuatro contra dos, ¿no podíamos hacer fuerza para beber vino del Somontano?”. La respuesta estaba clara. Me miraron los tres amigos catalanes a la vez, y Artur (no Mas) con el asentimiento de Lluis y Pep, fue rotundo: “Estos aragoneses si son como Gabino, cada vez me parecen más cabezudos. Que ya sabes el refrán castellano de “más vale pájaro en mano que ciento volando”. Esta gente se me apoderaba dialécticamente, por lo que decidí echar el resto: “Oye, Mikel, que tu no has abierto la boca mas que para comer, no te parece que Josean ha hecho una propuesta que te supera?”. Mikel: “¿Será por dinero? Si este es de los más pobres de Bilbao. ¿Os acordáis cuando estuvimos juntos todos en la Plaza Indautxu? Bueno, ¿recordáis también un concesionario de coches de diferentes modelos de Jaguar, todos ellos de lujo?. Os quedasteis acoquinados. Pues ahora os invito a los cinco a viajar al Bocho, entramos en la tienda y nos llevamos uno cada uno. Y no me rechistéis nadie, que esta es mi ronda y paga un servidor”.
MANUEL ESPAÑOL
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