Blogia
Mundo mágico

ALREDEDOR DE LOS RELOJES DESPISTADOS

ALREDEDOR DE LOS RELOJES DESPISTADOS

 

Estoy rodeado por el más absoluto silencio. Pero en el reloj vital suena un tic tac , tic tac, inagotable por ahora, es el reloj del tiempo de tu vida, ese que un día te dirá que se te ha acabado la hora, que viniste del polvo y al polvo vas a volver. Bueno, qué le voy a hacer, que no me imagino como una eterna momia cascarrabias y resabiada… Aunque eso sí, Señor, déjame otros 40 años más para estar en condiciones de ser por tercera vez pregonero de las Fiestas de Biescas. ¿Te acuerdas que lo prometí el pasado mes de agosto de 2015 ante cerca de mil personas a las que emplacé de nuevo para 2053 con la obligación de asistencia porque iba a pasar lista?. No me dejes mal. ¡Huy!, que no me aclaro, que a la vecina de la casa de al lado no se le ocurre otra cosa que poner a todo volumen a un renacido Lucho Gatica cantando eso de “Reloj no marques las horas” y que tanto me desespera, que prefiero al cursi de oro llamado Julio Iglesias con eso de “Yo canto a la vida, yo canto al amor”, sí, que este veterano tan travieso, tan chiquitín y con tan poquita voz, siempre dirá eso de ¡viva la vida y viva el amor! que gritaré por encima de mis fuerzas.

Pero la vecina, por más que le he enviado a través del pensamiento a mi inoportuno Pepito Grillo para que le convenciera, está decidida a consumar su vendetta de tiempos ha, de cuando rechacé su persecución y acoso empeñada en que yo debía ser su novio. Pero eso no, que mi mi ideal de belleza lo representaba alguien como mi Jimena del alma a quien todavía no había conocido. Eran los tiempos de adolescencia en los que uno es un juguetón y ve a las chicas con algo de embobamiento; que no, con algo no, bastante. ¡Ay Margarita!, que ya estoy ligeramente cabreado y ha llegado el momento de decir a este mundo traidor en el que nada es verdad y nada es mentira, que tu nombre real es el de Ceferina. Sí,  recuerdo que como mal menor uno era capaz de agarrarse a un clavo ardiendo, y tu eras como un clavo en llamas que un día dijiste “el tiempo pasará y te acordarás de mi. Ya lo creo que te acordaste, que te llegaste a casar con el pobre  Ramón (QEPD), que era un santito, y a os años viniste a vivir a la casa de al lado, bien distribuida, con buenos tabiques pero no preparados para aislar tu voz chillona. Al principio me preguntaba Jimena: “¿pero quien es esta que va con su marido y cada vez que nos cruzamos con ella no deja de sonreír y lanzarte besitos al aire? Era feliz entonces y soy muy feliz ahora, pero no me gusta estar solo y ante este silencio inoportuno llegas tu y me pones al Luchito este, y por si fuera poco eso de “El tiempo pasará”, de la película “Casablanca”. ¡Ay! Cómo te aprendiste mis puntos débiles, mi locura surrealista de cuando estoy en momentos bajos. Cuánto echo en falta al pobre de tu marido, que sabía contener tus ímpetus y se ha ido demasiado pronto. Como no tienes con quien meterte, has querido hacerte amiga de mi chica para sonsacarle aspectos de nuestra vida, pero como te has estrellado contra un frontón, tu que eres más dura que el acero y tozuda… No, no diré el pueblo para que no se cabreen conmigo. Sí que cuando barruntas que estoy solo me chillas a los  oídos, al tontín de Gabinito al que tanto martirizabas y a ratos enloquecías. Ceferina, y repito lo de Ceferina, ahora no me enloqueces, que desde que encaucé mi vida amorosa no tengo ojos más que para…, no tengo corazón más que para…. Bueno, que tampoco voy a precisar, que se luego cotillea todo y se ponen en marcha todos los relojes acosadores. Que ahora se paren todos los “tic tac” menos uno, el de la vida. ¿Me harás caso, Señor? Que quiero ser loco surrealista durante muchos años, que cada expresión mía y de los demás se entienda con una sonrisa y un canto a la vida. Recuerda que a pesar de mi edad soy  un eterno aprendiz de ser humano y es tanto lo que debo aprender… acuérdate que dentro de 38 años tengo una cita en Biescas. Y si me das una propinita, mucho mejor, que todos contentos menos Ceferina, que es mala.

 

MANUEL ESPAÑOL

 

 

 

0 comentarios