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Mundo mágico

CON LA LOCA DE MI TÍA

CON LA LOCA DE MI TÍA

 

Estoy en Biescas, en casa de la tía Cuqui. Acabo de escuchar el dueto de Adán y Eva de “La creación”, de Haydn, y suavemente, despacito y en sentido ascendente, alzo mis brazos por un mundo de ensueño. Hoy parece que será un día plácido para mi, sí, para este loco surrealista que sueña hasta despierto. Y si soñar es libre no voy a entrar en detalles indiscretos, que luego la imaginación también es libre y hay quienes se imaginan lo que no es. Acaba de llegar el otoño tan cambiante para la mente y que nos inunda con sus colores parlantes. Me queda sin embargo la armonía del recuerdo de Haydn y creo encontrarme en el paraíso, en esas montañas magníficas que me atrapan, que según el día o la hora cambian su fisonomía o las hago a mi manera. Así es la orografía de mi tierra a la que me transporto siempre que mi mente no se halle en estado obtuso, este es mi Biescas donde me he criado y donde todavía quiero vivir muchas emociones, porque aquí me encuentro en el paraíso. Tu me entiendes, ¿verdad Cuqui?. Cómo no me vas a entender si tienes más años que yo… Ah, y no me pongas esa cara, que no vamos a entrar en una guerra de edad, ni de sexos. Ya sé que tienes mucho mérito, tita, que me aguantas y que cuando sacas a relucir esa sonrisita tan maliciosa, barrunto que ha llegado el momento de hacer un cambio de rumbo en la conversación.

“Mal te veo, Gabino, que eres un capullo bueno, pero capullo a fin de cuentas. ¡Menos mal que te sientes todo un amante de la música y que en mi casa tengo una discoteca enorme, que es tuya! ¡Ay, tontón,  tan mal te veo, que te voy a confesar lo que nunca he dicho a nadie: eres mi sobrino favorito, que tienes casa en el pueblo y te vienes a la mía cuando no te acompaña Jimena: Pero no te soy fiel, que aunque me hiciste reñir con don Casto, otras personas  vienen a degustar mi chocolate con churro. Y hablamos de ti, ya lo creo, y de vez en cuando me acompaña tu  primo Marcelo, que te adora, y al que le he prohibido tocar la trompeta, que sus conciertos me ponen de los nervios. Sí, sí, ríete del muchacho, que él y su mujer son también más buenos que el pan”.

Un Gabino más entonado contesta: “Ya lo creo que es bueno, que de vez en cuando y siempre que viene a Zaragoza se hospeda en mi “mansión urbana”, porque mi Jimena, que es una santa, no quiere que vaya a otro sitio. Oye, tita, que llega cargado de morcillas, huevos grandes, chorizos, jamón, salchichas de su fábrica, no sé si con la sana intención de que reventemos o qué, pero lo cierto es que las viandas son de vicio. Bueno, en realidad, quienes revientan son él y ella, que luego me dan la noche y ni duermen ellos ni yo. Sí, que Jimena se ha empeñado en que tengo el colesterol alto y el azúcar subidito de tono. Y yo, con pescado y latas de sardinas, tortillas francesas, así con ensaladas aliñadas con aceite virgen de oliva extra, y no mucho, porque dicen que  en exceso es muy malo para la salud. Y aun con todo, aquí tienes mi barriguita… Por cierto, has traído del esas cervezas dobles de importación alemana que te trae Mauricio el traficante de vinos?. Que no sé que líos te llevas con él tita, que aún estás de muy buen ver. Y no te pongas colorada, que parece que consientes mis palabrerías”. Me da la impresión de que con esta última tontería me la he jugado, pero ella reacciona a tiempo con una sonora carcajada que atraviesa media  España para que pueda oírse en la  Plaza Catalunya de Barcelona. “Gabino, como sigas diciendo más tonterías de esas, es que me vas a matar de risa. Que Mauri (no Maguregui) es un buen hombre que se gana la vida con este tipo de representaciones, que me vende pequeñas partidas que tu me las agotas. Anda, ¿te apetece una buena birra acompañada de queso de Radiquero del que hace Manolo Monclús?, ¿y si además te pongo chorizo del que hace Marcelo?. Pero no se lo digas a Jimena, que me querrá menos. Anda, quédate esta noche a dormir en mi casa y nos divertiremos con nuestras locuras, que aquí ya me empiezan a llamar “la tía loca del loco surrealista”. Bailaremos la lambada, que  me dijo Salus que lo haces muy bien, que  hiciste que ella se sintiera en el séptimo cielo.

“Que no, tía, que no, que esta joven me hizo sentir este verano una vergüenza en el baile de la plaza, que hasta mi mujer se mosqueó. Oye, y por qué no bailamos el cha cha cha del tren?” Ella, que me tiene bien tomada la medida, suelta: “No se hable más, ya lo he decidido:  bailaremos un rock muy loco. Pero antes, como el tiempo no es malo del todo, prepararemos los caballos y nos daremos un paseo por el campo”.

“Esta es mi tita, ¡cuánto la quiero! Pero a mi me gusta el “caballo viejo y cansao”, que me conoce muy bien y adivina que le voy a dar terrones de azúcar”.

“Concedido”.

 

MANUEL ESPAÑOL

LA RONDA DE LOS COCHES DE LUJO

LA RONDA DE LOS COCHES DE LUJO

“Mecachis la mar salada, que como soy de Bilbao, como está mandao que mañana os invito a una bacanal a base de ternero o ternera a la brasa, que igual me da. Y además lo regaremos con un vino tinto riojano, de esos de categoría”. Eso me decía el amigo Josean en el transcurso de un almuerzo aragonés a base de magras con tomate y pagado a “escote” entre los seis que estábamos despidiendo el verano. Uno, que es muy de la tierra, sugeríque el vino fuese del Somontano, y el otro me llamó animal, además de exclamar toda una serie de improperios variados hacia mi persona. Y no sólo se mantuvo en su propuesta inicial, sino que para mayor órdago, aseguró que además que “como postre, aportaré pasteles elaborados en mi tierra, que son los mejores del mundo. Y para chulo yo, que brindaremos con agua de Bilbao”.

Uno, que estaba en minoría a pesar de hallarse en su tierra (dos vascos, tres catalanes y un aragonés) hizo un alarde de paciencia, pero no pudo resistirse ante tanta bravuconada, y decidió unir fuerzas con los catalanes y aquello pareció una torre de Babel o una complicada partida de mus. Así que me dio por reír y sacar a relucir mi ironía, a veces poco dosificada: “¡Pero qué chulo, el Josean este. Debes estar algo beodo para lanzar el órdago. ¿Estás seguro de lo que has dicho?”, a lo que me respondió: “¿es que dudas de mi palabra, maño? Que sepas que un bilbaíno cumple siempre todo lo que dice”. Mientras, por lo bajo el catalán Lluis, me dice con asentimiento gestual por parte sus paisanos: “Gabino, no seas tonto y no destroces esta juerga, lo que hay que hacer es picarle con el otro vasco, Mikel, y a ver quien pone más. ¿No es verdad, Pep y Artur?” “Nada, nada, que está muy claro, déjales que cumplan sus faroles, alimenten su ego, que eso a nosotros nos beneficia en esta época de crisis económica”. Naturalmente les di la razón, no sin antes peguntar que “ahora que estamoa cuatro contra dos, ¿no podíamos hacer fuerza para beber vino del Somontano?”. La respuesta estaba clara. Me miraron los tres amigos catalanes a la vez, y Artur (no Mas) con el asentimiento de Lluis y Pep, fue rotundo: “Estos aragoneses si son como Gabino, cada vez me parecen más cabezudos. Que ya sabes el refrán castellano de “más vale pájaro en mano que ciento volando”. Esta gente se me apoderaba dialécticamente, por lo que decidí echar el resto: “Oye, Mikel, que tu no has abierto la boca mas que para comer, no te parece que Josean ha hecho una propuesta que te supera?”. Mikel: “¿Será por dinero? Si este es de los más pobres de Bilbao. ¿Os acordáis cuando estuvimos juntos todos en la Plaza Indautxu? Bueno, ¿recordáis también un concesionario de coches de diferentes modelos de Jaguar, todos ellos de lujo?. Os quedasteis acoquinados. Pues ahora os invito a los cinco a viajar al Bocho, entramos en la tienda y nos llevamos uno cada uno. Y no me rechistéis nadie, que esta es mi ronda y paga un servidor”. 

MANUEL ESPAÑOL

VÍCTIMAS DE LA CRUELDAD

VÍCTIMAS DE LA CRUELDAD

 

 

A veces pienso, no mucho, pero creo que la cabeza la tengo para darle un acabado al cuerpo. Y así voy caminando por esos mundos de Dios y a veces de ese demonio que nos confunde. Es que no me aclaro ni hacia delante ni hacia atrás, ni a derecha ni a izquierda. Sí, este planeta que llamamos Tierra es cono un mosaico de millones de colores en el que cada uno tira para su lado. En un país, en un entorno de países se nada en la abundancia y se crean problemas en donde no existen. La saciedad también crea necesidades e insatisfacciones. ¿Que ironía, verdad? Además el porcentaje de suicidios es muy elevado. Y dicen muchos rotativos de prensa libre, no liberada,  que la tristeza les invade incomprensiblemente. Mientras, al mismo tiempo, en las zonas desértica y paupérrimas, y otras no tanto, los niños se mueren de hambre, los jóvenes no pueden ayudar a sus mayores y visto lo visto, hacen muchos kilómetros de un punto a otro del globo poniéndose a veces en manos de las mafias, con el único objetivo de abrirse camino hacia el sustento. En torno al 50 por ciento de los “inmigrantes sin papeles” se quedará en el camino, o bien entran en la aventura formando parte de una concentración inhumana en barcos desvalidos o balsas sin ningún tipo de seguridad. Mientras, los que tienen la suerte de llegar tras saltar vallas altamente peligrosas, en un porcentaje muy alto son rechazados por las policías con maneras brutales. Otros son devueltos inmediatamente y vuelven a intentarlo, aun siendo conscientes de que haya un momento en el que se les trague el agua en medio de una agonía desesperada. Es horrible lo que pasa mientras algunos jefecillos de Gobierno con aires dictatoriales, se hacen con el poder en países asquerosamente ricos y acumulan inmensas fortunas, tan elevadas, que en la desarrollada Europa nos llevaríamos las manos a la cabeza sintiéndonos víctimas de un vertiginoso mal de corazón y de cerebro. Es cuando da qué pensar para qué tenemos la cabeza si no la sabemos ni podemos emplear. Estoy plenamente convencido de que de los millones de intentos que se producen con a veces casi seguro coste de la propia vida, si tienen oportunidad de vivir con un mínimo de dignidad en su propio país, no se moverían. Son gente que no quieren morir de hambre, que desean vivir con dignidad. Ahora se ven rechazados, devueltos y humillados, si bien algunos de ellos, los que han logrado entrar en el “Gran Mundo” se ven obligados a actividades clandestinas con el consiguiente desprecio de muchos ciudadanos que no los sienten como seres humanos. Dentro de mi corta capacidad parea pensar, les sugeriría a la señora Ángela Merkel, a su colega Mariano Rajoy y al monsieur François Holland, entre otros, que hiciesen algo más, que está muy bien eso de repartirse las zonas de acogida, pero que dentro de mi diezmada inteligencia frente a los bien pensados  próceres que hacen todo por el pueblo pero sin el pueblo, que destinasen buena parte de los  que dicen ser gastos ocasionados por los inmigrantes y la “excesiva invasión” de los mismos, que sean más humanos, que no unten a los dictadores de turno para sacar beneficios, que la riqueza pueda ser distribuida de una manera equitativa. Si así fuese, ¿habría tanta inmigración? Que no, que ya valen esos diretes que primero son… ¿No es un contrasentido y una pena enorme que ocurran estas cosas en tiempos de la globalización?

 

MANUEL ESPAÑOL

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

PREGÓN FIESTAS DE BIESCAS 2015

 

Casi me da vergüenza decirlo, pero la verdad es que el 14 de este mes de agosto, tuve el honor de hacer el Pregón de las Fiestas de Biescas 2015, desde el balcón del Ayuntamiento. La plaza estaba prácticamente llena y la emoción que llevaba en el cuerpo no tiene palabras suficientes para describir el momento. Os puedo asegurar que fue uno de los días más felices de mi vida. Cuando acabé tuve que alejarme por unos segundos del balcón, y ya solo casi rompo la emoción. Me gustaría compartir ese momento con todos vosotros ofreciéndoos el texto.
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Veo, observo vuestros rostros y en los ojos con que me miráis, adivino la ilusión y el deseo del comienzo de las Fiestas. Seré breve, que ya lo dijo Baltasar Gracián en su “Arte de la prudencia”, que “lo bue si bre dos veces bue”. Hoy hablará mi corazón; es que por el mosaico de mi cabeza alocada se cruzan muchos cables por el momento tan intenso que vivo y no sé qué puede salir de aquí. Sea, que se me apodera uno de los momentos más indescriptibles de mi vida.
Hace 38 años, en este mismo balcón del Ayuntamiento de Biescas, me
sentía el hombre más feliz del mundo. Había entonces personas muy
queridas que ya no están entre nosotros, y a las que envío mi más
entrañable recuerdo, el beso a cada una de sus estrellas allá donde se
encuentren. (Pausa) Ellas abrieron huellas imborrables cargadas de respeto yadmiración, que me siento moral y voluntariamente obligado a
seguir, porque me sale del alma. Hoy, 38 años después, más calvo, con más kilos y metido de lleno en la edad media avanzada, aunque no lo llevo mal del todo, sigo siendo la persona más feliz del
mundo. No os podéis imaginar amigos, lo que supone para este pelaire
(señor alcalde, concejales, ¿me puedo llamar pelaire?).... Pues a lo que íbamos, que la ilusión que tengo de hablaros de nuevo desde este balcón de mis entrañas y de esta manera dar paso a las fiestas más hermosas, es como la de un niño que empieza a descubrir momentos deslumbrantes en cada paso que da, en cada abrir y cerrar de ojos. Es tiempo de recuerdo, pero también de alegría, y (¿por qué no?), de futuro (¿verdad que sí
presidentas y damas de honor? Para mi ser el pregonero en la tierra que me vio crecer es el honor más grande del que podía disfrutar, es el hacerme abrir una sonrisa permanente que os dedico, como no podría ser de otra manera. Gracias a quienes me estáis escuchando, gracias a la
Corporación Municipal que ha pensado en mí depositando sus muestras de confianza y de cariño. En este momento, con la felicidad que me
embarga, se me pone un nudo en la garganta y hasta me emociono nada
más pensar de la necesidad que tengo de estar al nivel que os
merecéis. No lo sé, tengo mis dudas. Disculpadme. Hoy está ante
vosotros, un pregonero muy veterano, y que por ello ve con optimismo
bien fundado el futuro de esas generaciones que representan, insisto, nuestras presidentas y damas de honor. En vosotras asoma el futuro
que nos espera, seguro que espléndido, tal y como se revela de la
observancia de vuestras expresiones.
No sé que me ocurre en estos momentos. A veces creo que soy un hombre primitivo de sentimientos nunca disimulados, y se me apoderan las ganas de soltar fuertes gritos de admiración hacia esta tierra de gentes notables y todas nobles que saben como nadie del valor de los gestos amables, del sentido de la hospitalidad. Quiero ofreceros mi humilde y particular aplauso.
Esta es mi tierra, de la que disfruto desde que llegue allá en tiempos
en los que el autobús de la Tensina paraba en Casa Chances, tierra en
la que se olía a naturaleza en sus calles, y en la que me eduqué y me
educaron mis padres, y me hicieron madurar todos los miembros de una
familia grande y llena de amor, y que me dieron el más inmenso cariño que puede recibir una persona, al principio un personajillo chiquitín,
ahora, veterano que no está mal conservado. Observad que no cito
nombres, aunque me duele interiormente, porque todas las familias de
Biescas, sin excepción, son enormes y no sería justo dejarse a alguien
en el tintero. Mi pueblo me ha dado tanto, los pelaires me han dado
tanto, que nunca estaré lo suficientemente agradecido.
¡Cuanta paciencia se tuvo aquí conmigo y con los que hoy son grandes
amigos! Era cuando participábamos en travesuras inventando nuestros
sputniks (cohetes que hacíamos aprovechando los tubos de hilo de casa
y rellenando su interior con una mezcla de clorato potásico y azúcar,
todo machacado. Al artefacto le poníamos una mecha a la que
prendíamos fuego y así hasta alcanzar en su explosión una altura de
dos metros máximo. Muchos años después de los chinos, habíamos
inventado la pólvora. Y qué decir de aquellos juegos de policías y
ladrones en los que me gustaba hacer de ladrón...
Pero no quiero presentarme aquí como el abuelo Cebolleta contando sus batallas inacabables y cansadas desde un balcón tan respetable como este, que os merecéis mucho más y mejor. Ahora tan solo deseo transmitíos unas pinceladas de recuerdos y mi apuesta total por el futuro. Por supuesto, también quiero intensamente que la diversión y los buenos
deseos den paso a unas fiestas inolvidables. Es este el momento en que
me gustaría brindar con todos vosotros portando una copa de cava aragonés en la mano cada uno, y cantar a coro, precisamente el brindis de La Traviata. No os asustéis, que no cantaré.
En este tiempo festivo quiero hacer a todos una consideración, que no se si servirá de algo, pero que para mi esta en plenitud vigente. Me refiero a aquel spot publicitario televisivo que hizo el cantante Steve Wonder, hoy rebautizado como Yusuf: “Si bebes no conduzcas, y si conduces, no bebas”.
Y ahora, que empiecen a lanzar cohetes, a sonar la música. Que comiencen las fiestas de Biescas 2015. Hasta dentro de otros 38 años. Os esperaré entonces a todos. Y no olvidéis que pasaré lista. De momento recibid mi abrazo, el abrazo de este cabecita loca enamorado de su pueblo. Sed muy felices. Y… ¡Viva Biescas!
MANUEL ESPAÑOL

LA VENGANZA DE GABINO

LA VENGANZA DE GABINO

 

Son las ocho de la mañana y las Fiestas de Biescas continúan. Los últimos noctámbulos inician el retorno a sus casas al amanecer, sin haber eliminado del todo los vapores inspirados por el dios Baco. Los encargados de las tareas de limpieza recogen los restos que han acumulado jóvenes y no tan jóvenes desde que los primeros rayos de Helios relevan al día anterior. Montañas de vasos de plástico, de botellas de cristal, de deshechos humanos, son engullidos por maquinas y camiones, para dar paso a las mangueras que a presión sueltan el agua y limpian las calles. Algunos, los que pueden, se echan a correr para no ser mojados. Y otros, a quienes no se les han acabado las ganas de juerga, comprometen a los limpiadores con eso de “la manga riega, aquí no llega“, con lo que se establecen unas carreras muy divertidas que a algunos les despejan del todo, como si estuviesen recién salidos de la ducha. A esas horas, servidor de ustedes y de Cristo Bendito, tras robarle horas al sueño, ya esta en la calle dispuesto a iniciar la excursión diaria, eso si, con la bota de vino tinto del Somontano llena y el bocadillo de tortilla con chorizo a la espalda. Me encuentro con un grupo de jóvenes que han debido pasar unas horas muy agitadas, que marchan con pasos titubeantes, y que con palabras firmes me gritan: “Eh, tu, el de la bota, que es acto de caridad dar de beber al sediento“. Les contesto que les invito a tomar todos los cafés que quieran, pero bien cargaditos, que llevan buena moña. Me dicen que eso me lo recordaran a las tantas de la tarde, que no es bueno cometer excesos a esas horas. A lo lejos escucho unas voces desarmonizadas que cantan eso de que “el vino que tiene Asunción ni es tinto ni claro,, nitiene color. Asuncion, Asuncion, echale vino al porrón ... “. Así que trato de acelerarme para ir a tomar un cafe al bar de unos amigos, que no se si ha cerrado en toda la noche o es ahora cuando comienza la jornada. Por el camino me encuentro con Pepón un amiguete en estado borrachín, que agarrado a una farola, me grita que no me acerque a él, que allí donde se encuentra la tierra tiembla, y si se escapa propagará un terremoto que nos aguará las fiestas, que eso está muy feo. Como mi amigo es un hombre cabal que solo cae víctima de los vapores etílicos en los días festivos del pueblo, trato de hacerle volver a la realidad, pero no hay manera. Trato de ganármelo soltando algunas de mis tonterías, y no se me ocurre decirle otra cosa, que acabo de desconectar el alumbrado publico, que el peligro ha pasado. Como en el fondo este infeliz se cree todo, se suelta de la farola y se cae al suelo. Logro levantarle a base de mucho esfuerzo, y hago como que me pongo serio obligándole a mover las piernas aunque se apoye en mi. Al final consigo llevarle a su domicilio, toco el timbre y sale su hermana Matilde en camisón corto y con cara de pocos amigos. “¿Que le ha pasado a Pepón?, ¿que has hecho con él?, me dice asustada y de mal genio; vamos, como si yo tuviese la culpa. Le dejo ahí como puedo, y a las pocas horas me entero de que en casa del amigo se había organizado una gorda entre hermanos, pues resulta que ella había ligado con un senegalés que estaba en las habitaciones interiores, y todo en esa casa eran despropósitos. Vamos, que por intentar una buena obra con un buen amigo, cabreo a todo el mundo. Si seré cenizo... Ya se sabe, que como reza uno e los versos iniciales de Miguel de Cervantes en El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha? “No te metas en dibú ni en saber vidas ajé, que lo que no va ni vié, pasar de largo es cordú“. Visto lo visto, espero asimilar las palabras de don Miguel, si bien es que mi cabeza da tantas vueltas...
Llevo taal cantidad de paradas matinales, que cada vez que pienso en la marcha del caminante, improviso con mayor rapidez los atajos, que luego, si llego tarde, Jimena se desespera y llama hasta a la Guardia Civil con su flota de helicópteros para que me localice. De esta manera pongo en marcha toda mi capacidad de recursos, y si he pensado en llegar a mi domicilio a las 14.30 horas, cada vez queda menos y no he podido pasar de casi dos horas de saludos y charradas que decimos en Aragón. Nada, que haré lo que pueda sin preocuparme, que lo bueno está en disfrutar con autenticidad. Y la excursión andariega por las montañas, para otro día en el que no haya fiestas.
Sigo por el casco urbano, me encuentro con Merceditas, algo menos veterana que yo, pero que esta de muy buen ver, que se mira en el espejo de un escaparate de la calle Esperanza, y se retoca las pestañas y los labios sin advertir mi presencia, dada la cara de sueño que presenta. Se halla muy cariñosa y cuando se da cuenta, se me abraza y me pide que le acompañe a su casa. Y uno que no sabe decir que no, lo hace y me invita a entrar. Me pongo nervioso poniendo en marcha mi mente a veces retorcida y hasta calenturienta, y no se me ocurre otra cosa que decirle la gran alergia que tengo hacia los gatos, que como ella tiene dos me da miedo que la visita no me produzca una reacción. “Pues tu te lo pierdes _me dice_ que como un día me dijiste que era el mejor manjar, hace tiempo que tengo la ilusión de pepararte un par de huevos fritos con puntillas acompañados de patatas fritas y chorizo. Lo siento, pero lo primero es la salud, y ya vendrá el dia en que os lleve a casa una docena de huevos de corral que le gustan tanto a tu mujer“. Si, se me queda una cara de gili...
Con la cabeza gacha tras la ocasión perdida, vuelvo al centro y veo a Miguel dispuesto a abrir las puertas de su establecimiento para poder trabajar en el interior, que muy sonriente me dice lo de Buenos Días. Josefina se encuentra en su bar poniendo en marcha la maquina de café, mientras en la cocina se empiezan a preparar las tortillas tan variadas que ofrecerá después. Finalmente, mientras por mi cabeza y mi estomago todavía ronda el festín gastronómico al que me había invitado Merceditas, me dirijo al bar-café de Ramón, que presenta unos aromas que alimentan. ¡Caramba! ¿Y a quien me encuentro? No me lo esperaba: a Jimena, que ha acudido con unas amigas a desayunar lo que por mi bien no me permite. Me pregunta qué hago a esas horas en el lugar, y le cuento lo de Pepón, que me he encontrado con Merceditas, que unos resaqueros querían quitarme el vino. “¿Y no has comido nada desde entonces? me contesta. Pobrecito, tendrás apetito... Bueno, pues ahora te tomas un café solo, te dedicas a caminar el tiempo que te queda hasta la hora de comer, almuerzas antes el bocadillo de tortilla con chorizo y bebes del vino que te he puesto, pero no todo“. Uno que es sumiso se toma su situación a broma y se va por el camino que pasa por el camposanto y que desde el cruce de subida hacia el camping, conducirá luego a Gavin. El caso es que al pasar por el sendero de desvío, me encuentro tendidos en el suelo a tres jóvenes pasados de alcohol, que no parecen respirar. Me escondo tras unos arbustos, comienzo a agitar las hojas y como la imitación de los sonidos de especies del mundo animal no se me dan mal del todo, hago como los lobos con sus aullidos desesperados. Rápidamente los infelices despiertan y salen de estampida del lugar, como víctimas de una pesadilla. Pobrecillos, ellos han sido los paganos de una venganza que no merecían. Me río, y luego me digo a mi mismo? “Gabino, que cabrito que eres“.

MANUEL ESPAÑOL

TIA CUQUI ME SALVA AL TROTE

TIA CUQUI ME SALVA AL TROTE

Dibujo: PABLO ESPAÑOL SANGORRÍN


Mis aventuras deportivo-rurales tienen mucha guasa, pero guasa añadida en grado superlativo, si se desarrolla por el entorno de Biescas, y además decide tía Cuqui meterse de por medio, algo que me encanta, y más desde que mandó a don Casto a freír churros. Así, aprovechando que Jimena se ha desplazado a la ciudad tan solo por dos días, decido ir a su casa, que es ahí donde hago la vida cuando estoy solo en el pueblo, a fin de hablar de lo divino y de lo humano, es decir, del Rajoy de turno, de la multiplicidad de opositores, que si Pablusky Iglesias está más mono o no con el pelo recogido en forma de coleta, y en la facha que tendría si el hombre fuese a la peluquería a hacerse un repaso apuradillo, o se afeitase la cabeza, que todo puede ser, aunque en este ultimo caso le asomarían las ideas. Vamos, lo mismo que si se les viesen a los demás sus pensamientos… Oiga, que ni afirmo ni desmiento, que a veces lo mío es hablar por hablar, y cada uno hace lo que puede y sabe.
El caso es que, como tengo la llave de la casa de la tita, decido entrar sin llamar. Y allí, en su habitación cercana a la cuadra, me la encuentro a medio vestir y con los pololos sin poner. Me dice que no se halla visible, que no sea majadero, y me larga con cajas destempladas hacia el mueble bar, donde también se encuentra la despensa. No parece que se halle en su mejor momento anímico, pero no me enfado, que como los dos tenemos muy buen carácter (a veces) y somos generosos, hay siempre confianza y cariño. Me dice medio a gritos que para cenar ha preparado un bacalao ajoarriero al estilo montañés, que tanto me gusta, pero que no se me ocurra ni tocarlo, que me sirva todo lo que quiera, salvo eso. Y entre bocado y bocado de chorizo y jamón regado con un tinto riquísimo del Somontano de Barbastro, me entretengo mientras ella canta al estilo latino eso de “caballo, caballo viejo y cansao“, y de esta manera hasta que llega con un aspecto mas presentable y nos sentamos a platicar, palabra esta ultima que me gusta y que emplea muy a menudo mi amigo Julio Cesar Bermudez.
Debo decir que Cuqui y yo, cuando hablamos de política no coincidimos en nada, que ella se cree todo lo que dice el Gobierno y yo, cero, si bien estoy mayormente de acuerdo con aquellos que dicen sentirse de la oposición, a pesar que debo reconocer que tampoco me gustan. Es que, como mal menor me veo obligado a tomar partido para discutir, y hay que decir A o Z. Y si en algún momento nos mostramos convergentes, pensamos que algo raro sucede, y eso tampoco nos place mucho. De esta manera se va caldeando el ambiente hasta que ella me dice que como no he conocido la guerra, no sé nada de la vida de nuestros antepasados. Es cuando me echo a reír, actitud mía que no parece encajar con agrado, por lo que me dice eso de desustanciado, que si estoy loco, que si soy un loco surrealista, y es cuando le digo la consabida frase de “y tu más“. Mientras, le pongo en su tocadiscos, el “Bamboleo“ interpretado por Julito Iglesias, que no Pablo Iglesias. De este modo nos ponemos a bailar en un estilo no muy ortodoxo con pisotones incluidos, salpicado de múltiples carcajadas. Tras la cena y las copas que tanto nos gustan, nos da por decir una tontería tras otra. Lo único serio que me cuenta entre copa y copa, y dudo que esté en sus cabales, es que al día siguiente se dedicará a montar a su viejo caballo blanco percherón, con el que volará por las sendas de Arratiecho. Si, que no me confundo, que a su equino asegura le han aparecido alas en un complejo proceso de transformación. ¡Ay madre, que borrachera....¡
Por fin amanece, que no es poco, y servidor de ustedes y de Cristo bendito, también decide entrar en el juego y adelantarse convenientemente en la excursión a pie, porque debo reconocer que no dispongo de un caballo blanco alado. De este modo me adentro por el parque y recorrer la senda que sube hacia la carretera de Gavin. Una vez que la cruzo comienzo a disfrutar de un paisaje muy singular, pasando por un caminito rodeado de pinos, escuchando los trinos de los pájaros, el sonido acariciador del agua, veo ardillas y hasta una inofensiva culebra que se asusta al verme con los bastones en punta preparados y en posición de prevengan. Por fin, completo el primer tramo de la caminata, que acaba en la denominada Caseta de las Brujas. Decido sentarme a fin de beber agua y echar un bocado, y es precisamente cuando me doy cuenta que he olvidado de la mochila. Pero no pasa nada, que el bacalao ajoarriero de la cena anterior me dejó llenas las reservas de las necesidades alimentarias, que si quiero beber, allí al lado tengo un riachuelo con agua cristalina y fría, que me produce una sensación deliciosa.
No sé que me ocurre, pero de repente tengo la sensación de que el sol ha desaparecido y ha dado paso a una noche estrellada. Verdaderamente me encuentro en medio de un mundo plácido y onírico poblado por duendecillas, duendes y brujitas buenas que me envuelven con sus danzas. Suena la marcha nupcial de Mendelson, y pareciéndome revivir en el “Sueño de una noche de verano“, una ninfa bella, seductora, muy especial, me toma de la mano y me hace participar con ella en un baile mágico. Me dice que se llama Jimena, que viene a rescatarme de la manipulación a la que me han sometido las brujitas, ninfas y duendecillas, y el susto que me doy es mayúsculo. ¡Vaya bronca interna que me llevo cuando me doy cuenta de que es la Jimena autentica, aunque algo disfrazadilla, y me parece sensacionalmente guapa y escultural! No puedo evitar decir eso de “¡Ay Jimena, Jimenita de mi alma, Jimenaza de mis sueños“... Y el sueño ha tenido mucho de erótico, por lo que el despertar ha sido muy amargo. En ese momento, cuando el sol esta mas fuerte y castiga y estoy más amodorrado, oigo el sonido de un trotar y al alimón la voz de Cuqui, que habla con su caballo viejo y cansado, y desde luego sin alas, eso si, con un par de alforjas. “Ay Gabino, que tonto eres, que si no fuese por tu tía no acababas la excursión y casi te hubieses muerto de hambre. Toma tu mochila. Por cierto, te he encontrado demasiado cerca. Algo te ha sucedido.
_Tia, no me ha pasado nada, que lo único es que me he sentado y relajado tanto que he dormido y he soñado…”.
_¿Conmigo?
_No, con Jimena,
_Y......
_Y te lo contaré otro día, que aún tengo dormido el habla y las ideas.

Entonces, tía descabalga y ayuda al sobrino a montar en el caballo viejo y cansado, que no parece este muy contento con la carga de dos animales, dicen que racionales. Hacemos una parada, nos apeamos y no se me ocurre mejor cosa que darle al equino cuatro terrones de azúcar que porto en la mochila, a ver si repone fuerzas el pobre. La tía se asusta y asegura que se trata de una dosis excesiva, pero cede. El caso es que volvemos a montar los dos y el caballo se pone a un trote alegre que nos hace muy felices, conmigo algo más espabilado. Así, hasta que nos cruzamos con una yegua coqueta y provocadora que excita a este “Roncinante“ rejuvenecido y endulzado, que a base de impulsos nos lanza con viento fresco fuera de su esqueleto, eso si, con mucho cuidado, pero con prisas. Y Cuqui y yo, resignados y sin rasguños, nos dedicamos a contemplar el show. No se, pero visto lo visto, creo que siempre llevaré terrones de azúcar en los bolsillos, por si acaso.
¡Ay caballo, caballo viejo y cansao...¡

MANUEL ESPAÑOL

EN LAS RETINAS DE MIS OJOS

EN LAS RETINAS DE MIS OJOS

 

No sé si la cabeza me da vueltas, tampoco sé si estoy mareado, o simplemente, que no me encuentro en mis cabales, algo tan normal en mi... Puedo llorar y reír en cuestión de un breve espacio de tiempo. La mente es a veces tan variable y el estado de ánimo tan cambiante, que hasta es posible que dentro de cuatro horas no sepa hacia donde voy, ni cómo he llegado al momento presente. Está muy claro que valoro con la máxima intensidad lo que se puede dar en el ser humano sensible, la imaginación  y el sentido del humor, que para mí la inteligencia absoluta y la memoria no van a la zaga, pero que interiormente son conceptos esencialmente básicos, aunque no vitales. Era impresionante la imaginación de Julio Verne y de Leonardo da Vinci, quienes sentaron bases  y dieron alas a tantos y tantos científicos que hicieron evolucionar al mundo sorprendentemente. El humor, lejos de los sentires frívolos, ayuda a resolver problemas a veces irreversibles. Una simple sonrisa puede cambiar los signos de una discusión. En realidad, todo lo descrito hasta ahora se puede transmitir si se tienen ánimos comunicativos. Pero hay temas que se graban tan profundamente, sea en la edad que se tenga, que tan solo quedan y se sienten inexplicablemente, con exclusividad en las retinas de cada uno. Es un solo instante para toda tu vida, sin más testigos que tus retinas transmisoras a tu propio interior y no tienen que ser forzosamente momentos claves, serios y trascendentales en la historia de tu vida

 Algunos de esos instantes los cuentas muchos años después y nadie te cree, y serás hasta motivo e risa por parte del prójimo. Lo entiendo perfectamente, que si intento transmitir uno de esos casos, puede ser motivo de chanza. Como soy en potencia un provocador nato, os contare que cuando todavía era un bebe de pocos meses, sentí que me quedaba solo en la cuna, que de frente tenía una ventana que daba a un pasillo por el que pasaban muchas personas y como se me apodero el miedo, para llamar la atención,  llore en plan desagradable y a pleno pulmón, lo que supuse era un rato inacabable. Puedo tener imaginación, que no lo dude nadie, pero fue un momento que llevo grabado en la mente desde hace muchos, demasiados años, y que me vuelve al primer plano frecuentemente. Hoy me da vergüenza hacerlo público, pero espero también que haya alguien que lo entienda y hasta me crea. Y lo de reír lo entiendo muy bien, que uno de mis sobrinos tiene una inteligencia especialmente alta, y que cuando le da por entrar en estados de regresión, el muy comediante me hace soltar la carcajada especialmente si  dice acordarse del día en que nació. No sé si lo hace por tomarme el pelo el muy guason, o que lo dice de verdad. Si, de esta manera a veces establecemos diálogos para besugos de tierra, mar y aire,  de lo mas divertidos, tanto, que parecemos saltar por encima de los Cerros de Úbeda.

 Igualmente diré, y con ello no descubro nada, que el mundo onírico está cargado de surrealismo, pero que no deja de formar una parte muy vinculante a tu propia vida, que si no resulta chispeante y jocoso, si que puede resultar dulce y hasta entrañable provocando buenas dosis de emoción. Este fue el caso de un sueño que no creo llegue a olvidarse jamás, en el que yo era el único testigo, risueño y además feliz, y los protagonistas eran mi padre y mi sobrino Pablo. Ellos nunca se conocieron físicamente, hasta que llegaron a juntarse dentro de una unión comunicativa total, en una casa con aires familiares, con puerta de entrada a la calle y otra puerta posterior que daba directamente a un mar intensamente iluminado. Pablo Manuel y Pablo Manuel (ambos tenían el mismo nombre) se abrazaban y besaban y el nieto le decía al abuelo: Yayo, vamos a jugar juntos. Todavía se me ponen los vellos como escarpias al recordar esos momentos tan indescriptiblemente hermosos, y que han quedad grabados con una fuerza amatoria imposible de borrar, que queda también en la trastienda de mis retinas, que no son otra cosa que el disco duro de los propios sentimientos.

Por si fuera poco, y puesto a hacer una especie de confesión onírica, os diré que igualmente permanecerá en un primer plano mío interior, el día que soñé con mi propio fallecimiento. Ni mucho menos lo recuerdo con tristeza, ya que hay veces en las que cierro los ojos y trato de repetir imágenes sin formas concretas. Salía de mi propio cuerpo e inmediatamente me vi flotando dentro de un mar de estrellas, sobre el que volaba a mi antojo, en las direcciones que quería. Y carente de cualquier tipo de carga y sin tener sensación alguna de ejercicio físico ni de dolores. Así hasta que me sucedió lo que creí era un despertar, sin haber regresado a mi lecho. Pise suelo, y como seguía flotando, no cese hasta el despertar con la sonrisa en la boca.

 Lo que si puedo asegurar es que actualmente estoy encantado con la vida. Soy de los que siempre dice que la vida es bella y que tiene magia, que con humor y mucho amor es, sencillamente, maravillosa. De aquí a otros 70 años os invito a ser testigos de mis continuas tonterías.

 MANUEL ESPAÑOL 

 

EL CONGRESO SE DIVIERTE

EL CONGRESO SE DIVIERTE

No sé, pero hoy me encuentro especialmente tanguero, y la imaginación la tengo disparatada. Soy por naturaleza, tímido, pero a veces pierdo la vergüenza y hago asomar al soñador que al despertar se salta la lógica más elemental y da paso a las manifestaciones desatadas de un aprendiz de ser humano que dice lo que piensa y hace lo que puede, y que muchas veces no puede nada, porque al final se lo inventa todo, eso sí, sin mala intención. Aunque soy respetuoso, me confieso políticamente incorrecto y procuro aplicar el principio de “la vida es bella con humor“. Harto y apenado como estoy de los que ven la botella medio vacía en vez de medio llena, me planto como un rebelde sin más causa que la mía misma, y paso al ataque realista (no Real Sociedad, que quede claro). Trato de imaginar una sala de espectáculos en Madrid, en el transformado hemiciclo del Congreso de los Diputados, y al borde de la pista escucho a la invitada especial argentina María Lavalle, que con su vestido negro a lo Juliette Greco canta como solo ella sabe «El día que me quieras“ (una delicia, oiga usted), mientras un foco fijo alumbra y aísla su imagen. Tras ella, y con iluminaciones esplendorosas aparte, surge una pareja de estrellas con aires apaches poniendo cara de malos, aunque en el fondo no lo son, que permiten a unas y a otros adentrarse en el baile más apasionado y hermosamente tanguero y desgarrado. Que me perdonen mis amistades argentinas por la travesura, que a los bailongueros no les pidan malabares por su estilo y sentido del ritmo, que se ha inaugurado una nueva forma de hacer parlamentarismo siguiendo “fielmente” la máxima de que “la vida es un tango“. De esta manera comienzo a partirme de risa, mientras entran en escena las estrellas de la sesión plenaria, con la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría y Pedro Sánchez (jefe del Grupo Parlamentario del PSOE). Ambos se ponen ojitos tiernos mirándose frente a frente al principio, y al poco, él le dice ella eso de “usted tiene ojos de mujer fatal“, y su pareja de baile tan singular le contesta: “hagamos el amor y no la guerra. Perdón, hagamos la guerra... No, que me he vuelto a confundir, Su Señoría, que quiero decir, que si usted gana las elecciones y por razones del cargo debe sacar a bailar a la señora Merkel, no quiero pensar lo que puede ocurrir entre los dos países“. Pero hay que negociar con aparente y no del todo conseguida simpatía. El caso es que al cabo del rato, los pisotones son múltiples, y así, con la pareja casi exhausta, va llegando la paz, al tiempo que la música bailable cambia de ritmo soplando aires de bolero aires de bolero Ellos dos se tranquilizan y se ponen muy acaramelados uniendo sus mejillas ante los rostros desconcertados de sus respectivas parejas allí presentes en la tribuna del público, y que no se pierden detalle, mientras en la pista se susurran cursiladas como

_“Ay, Sorayita, en confianza, no me llames Señoría, que ahora tan solo soy Pedrito para ti“,

_“Ay Pedrito, que cosas tan bonitas me dices; anda monín, acércate un poquito mas, si, muy bien, así de pegaditos, que tenemos que acordar la última regla de la Ley XYZ con la nueva regulación que revoca a la anterior, en el párrafo quinto pagina 38“.

_“Pero no te pongas así de fría, Sorayita, que en eso iba a pensar yo ahora que estamos tan juntitos“

_“ No te pases, no te pases tontín. Mira que mi marido está entre el público e igual tengo que subir al estrado y acusarte de violencia de género.

_“No hagas eso, que luego nos acusarán y dirán que la política propicia la aparición de extraños compañeros de cama…

A Soraya se le suben los colores ante esta humorada del líder de la oposición. Además,

metro y medio tras ellos se escuchan unas toses tan agudas que proceden de Mariano Rajoy, que por momentos se pone muy colorado, algo así como si estuviera al borde de un ataque de nervios por una infidelidad que tan solo está en su imaginación, porque la circunstancial pareja lo único que hace es negociar pacífica e inocentemente, y una de esas formas es diciendo tonterías. Pero Rajoy, que no parece entender la nueva manera de dialogar y tratar para su aprobación la ley ESRPT “Educación Sin Reservas para Todos«, no tiene por qué molestarse, que afortunadamente, sus asesores expertos en la lectura del lenguaje labial parecen haberle hecho entrar en razón.

La actuación de María Lavalle ha terminado, pero el sentido rítmico debe continuar, por lo que la Mesa de Presidencia gira y aparece una gran orquesta, que se equivoca de partitura y se paraliza el baile cuando suena el “Rock de la cárcel‘, y claro, que para eso no están Sus Señorías, que no pueden evitar la sonorización de su monumental mosqueo. Mientras, la pareja de bailarines ha hecho una pausa y han llegado a un consenso avalado por los cantantes solistas y sin estrenar (cada diputado dispone de su correspondiente pinganillo, aunque algunos no tengan el oído muy afinado), y a una señal de Jesús Posada, indicando que todos habían avalado la nueva ley en cuestión, algo sin precedentes en la Cámara Baja, aparece a todo volumen el sonido de la Sinfonica de San Jeronimo el rock mas trepidante, y diputados y público se ponen a bailar en un hemiciclo tan cambiado. Momentos después hasta aparecen los camareros del restarante Manolo, cargados de bandejas con sus típicos croquetones. ¿Y el vino? Por supuesto que del Somontano de Barbastro.

Servidor de ustedes y de Cristo Bendito sale por la puerta de atrás después de asistir a una sesión histórica, y lo hago pensando en los susurros musicales de Maria Lavalle. ¡Ay María!, que la vida es bella y más ahora que escucho saliendo de tu garganta “El día que me quieras“

 

MANUEL ESPAÑOL